La Eurozona ultima una ruta de mínimos sobre su futuro

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete inician hoy su última cumbre del año, en la que buscan pactar una hoja de ruta de mínimos -con escasos compromisos de medidas concretas y calendario- para corregir los problemas estructurales de la eurozona. El objetivo de este plan es garantizar la irreversibilidad del euro y recuperar la confianza de los mercados.
El Consejo Europeo estará marcado por la dimisión del primer ministro italiano, Mario Monti, y la amenaza de vuelta de su antecesor, Silvio Berlusconi.

Pese a ello, los líderes europeos tienen previsto diluir el plan original sobre el futuro de la eurozona elaborado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y su principal novedad: la creación de un presupuesto específico para la eurozona, que financiaría las prestaciones por desempleo de los países en crisis.

Esta iniciativa no sólo se retrasa hasta después de 2014 -una vez celebradas las elecciones europeas y nombrada la nueva Comisión- sino que ni siquiera se da por hecha sino que figura en el proyecto de conclusiones como posibilidad.

Por lo demás, Berlín ha logrado imponerse a la Comisión, Francia y España al abortar el debate sobre los eurobonos. La mutualización de la deuda soberana ni siquiera se menciona en la propuesta de Van Rompuy ni en las conclusiones de la cumbre.

Berlín ha conseguido además suprimir cualquier referencia a un sistema común de garantía de depósitos, considerado uno de los tres pilares de la unión bancaria.

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