Los costes laborales bajaron un 2,2% entre 2011 y 2013, mientras el IPC subió un 3,1% en el mismo periodo.
La crisis ha provocado una caída de los salarios que perciben los gallegos, que se ha notado fundamentalmente desde 2011, y varios expertos prevén que esta tendencia a la baja, o al menos de moderación, continuará en el corto o en el medio plazo en la comunidad.
Varios profesores universitarios gallegos coinciden en esta predicción y también en destacar la necesidad de incrementar la productividad tanto en España como en Galicia. Aunque la devaluación salarial ha provocado "cierta mejora competitiva", Alberto Vaquero, docente del área de Economía Aplicada de la Universidade de Vigo, destaca que el país no puede competir actuando "solo sobre los salarios".
El efecto de la recesión tardó en dejarse notar en los sueldos, que registraron incrementos en los primeros años de crisis, debido a que los convenios colectivos mantuvieron su vigencia durante varios años y a que la "rigidez" de los salarios llevó a que el ajuste se hiciese por la vía de los despidos.
Entre el primer trimestre de 2008 y el último de 2013, el coste total por trabajador pasó en Galicia de 2.001,45 a 2.363,53 euros, lo que representa un incremento del 18,1%, de acuerdo con la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE). En ese mismo periodo de tiempo (en concreto entre enero de 2008 y diciembre de 2013) el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó un 12,3% en Galicia.
No obstante, si la comparación se establece con el último trimestre de 2011, los costes laborales muestran un descenso del 2,2%, mientras el IPC se incrementó un 3,1% entre el último mes de 2011 y diciembre de 2013.
El catedrático de Estructura Económica de la Universidade de A Coruña Julio Sequeiros ha indicado a Europa Press que durante la etapa de expansión, desde 1993 y hasta 2008, los salarios crecieron "de una forma exagerada" en España y en Galicia, en relación a la evolución de los países de la Unión Europea y, en concreto, Alemania.
"EL AJUSTE ERA NECESARIO"
"El ajuste, con crisis o sin crisis, era necesario", ha manifestado y ha señalado que, aunque en los primeros años de crisis se dio la "situación absurda" de que los salarios crecían a la vez que el desempleo, desde 2011 se ha notado un cambio de tendencia. "En Galicia y en España hay una caída fuerte de los salarios; no lo niega nadie", ha agregado y ha apuntado que la bajada comenzó con los empleados públicos y siguió con la caducidad de convenios colectivos en la industria y los servicios.
Por su parte, la profesora del departamento de Economía Cuantitativa de la Universidade de Santiago de Compostela Maite Cancelo ha resaltado que, en concreto, se nota una caída en 2012, a la que sigue una leve recuperación en 2013, variaciones que ha atribuido al efecto de suprimir la extra de diciembre de los empleados públicos hace dos años.
Si no se tuviese en cuenta el peso del empleo público, ha explicado, se apreciaría "una moderación, pero sin tantos picos", en las remuneraciones de los trabajadores. "El salario tardó en caer, pero es -esa bajada- un efecto natural de la crisis", ha argumentado Cancelo, que ha coincidido en que el incremento en la época de expansión económica fue "demasiado" y se situó por encima de las subidas de los precios.
PRODUCTIVIDAD
Alberto Vaquero señala también que los ajustes salariales "no fueron inmediatamente tras el comienzo de la crisis", sino que se dejaron notar a partir de 2010, y concluye, al comparar con la evolución del IPC, que hay "una clara pérdida de capacidad económica, tanto nominal como real".
El profesor de la Universidade de Vigo admite "cierta mejora competitiva" por la vía de las exportaciones debido a la caída de los sueldos. "Hay que apostar por un modelo orientado a mejorar la competitividad, pero no como el que se pretende, actuando solo sobre los salarios", ha avisado.
En este sentido, Julio Sequeiros explica que desde 2007 ha crecido la productividad, pero "es por el desempleo". "Los que quedan producen mucho más, pero este es un crecimiento patológico de la productividad", argumenta y estima que el incremento "sano" será "complicado" de ver en lo que queda de década. "Tiene que venir del ahorro, para que permita hacer inversión y crear empleo con una productividad más alta; pero el circuito entre el ahorro y la inversión está roto, sobre todo por el endeudamiento", analiza.
LA REFORMA DE LA ADMINISTRACIÓN
Además, Sequeiros ha advertido sobre la "parsimonia" con la que, a su juicio, el Gobierno está acometiendo las reformas, algo que "prolonga el sufrimiento de segmentos de la población abocados a la pobreza".
Tanto este profesor como la profesora Cancelo han destacado que es necesaria la reforma del aparato administrativo del Estado, como única vía para reducir el gasto público.
