Eduardo, Fernando, Carlos y José son cuatro de las siete víctimas de la estafa llevada a cabo por un supuesto empresario de la construcción en la comarca viguesa, al que denunciaron a través de la CIG.
Éste se presentó como un representante de la compañía madrileña Emalsa en Galicia y les ofrecía trabajo en las obras del AVE a Ourense, con un sueldo de 1.400 euros y horario de siete de la mañana a siete de la tarde. Lo curioso es la forma de contratar a los operarios, a los que citaba en bares y estaciones de servicio de diferentes municipios como Arbo, Salvaterra o Porriño y a horas poco frecuentes -a partir de las nueve de la noche-. Les pedía fotocopias del DNI, de la Seguridad Social y cartilla del paro y 78 euros para hacer el reconocimiento médico previo a la incorporación a sus puestos. Todos le entregaron el dinero porque estaban en el paro y necesitaban el trabajo, pero hablando entre ellos coincidieron en señalar que resultaba extraño. Le pregunté que qué moda era esa de adelantar dinero y me dijo que era por si luego decidíamos no ir a trabajar, explicó ayer en rueda de prensa en Vigo José Carballo, uno de los afectados.
Ante la poca confianza que les transmitía el empresario, se pusieron en contacto con Emalsa, que les informó de que no tenían trabajo en Galicia desde hace cuatro años. Habían sido víctimas de una estafa. Decidieron entonces hacerle una encerrona y le citaron en un bar en Porriño para presentarle a otras personas interesadas en trabajar. Lo acorralamos, no lo dejamos salir y llamamos a la Guardia Civil y el tío mientras se pidió otra cerveza, cuenta Carlos Estévez. La Policía Municipal acudió al lugar y les ordenó que dejaran salir al supuesto empresario, al que se le perdió la pista y que hoy en día sigue en paradero desconocido. Los afectados pusieron una denuncia y al dar su nombre -Javier Estévez González- a la Guarda Civil comprobaron que ya estaba fichado por otras estafas, todas fuera de Galicia.
Ante la poca confianza que les transmitía el empresario, se pusieron en contacto con Emalsa, que les informó de que no tenían trabajo en Galicia desde hace cuatro años. Habían sido víctimas de una estafa. Decidieron entonces hacerle una encerrona y le citaron en un bar en Porriño para presentarle a otras personas interesadas en trabajar. Lo acorralamos, no lo dejamos salir y llamamos a la Guardia Civil y el tío mientras se pidió otra cerveza, cuenta Carlos Estévez. La Policía Municipal acudió al lugar y les ordenó que dejaran salir al supuesto empresario, al que se le perdió la pista y que hoy en día sigue en paradero desconocido. Los afectados pusieron una denuncia y al dar su nombre -Javier Estévez González- a la Guarda Civil comprobaron que ya estaba fichado por otras estafas, todas fuera de Galicia.
