La filial británica de Saab suspende pagos

La filial británica del fabricante sueco de automóviles Saab, denominada Saab GB, ha presentado la solicitud de suspensión de pagos ante el Alto Tribunal de Londres, según ha informado Swedish Automobile (antigua Spyker), matriz de la compañía escandinava.
La dirección de Saab GB explica que el proceso de suspensión de pagos otorgará a la empresa y a sus acreedores la protección legal necesaria hasta la consecución de fondos para asegurar el futuro de la compañía.

Una vez iniciado el procedimiento, se procederá el nombramiento de un administración judicial para supervisar la gestión de la empresa y tutelar el proceso.

Swedish Automobile (Swan) recuerda que ha recibido un compromiso condicionado por parte de la firma china Youngman para pagar los salarios de Saab y para seguir adelante con las operaciones de la filial británica, si bien aún no se han recibido los fondos.

Swan firmó a finales de octubre un principio de acuerdo con las compañías chinas Pang Da y Youngman para la venta del 100% del fabricante sueco de automóviles Saab y de su filial británica por un importe de cien millones de euros, que se pagarán a plazos.


TRES DUEÑOS EN DOS AÑOS.
De cerrarse definitivamente la transacción, sería la segunda vez que Saab cambia de propietario en menos de dos años, toda vez que en febrero de 2010 se cerró la compra de la empresa, entonces propiedad de General Motors, por parte de Spyker, después de que la multinacional norteamericana anunciara su intención de liquidar la marca.

Bajo el control de Spyker, Saab anunció un plan de negocio que contemplaba la vuelta a beneficios el próximo año. Sin embargo, la empresa se vio afectada por graves problemas de liquidez, lo que le llevó a firmar en julio pasado un acuerdo con Pang Da y Youngman, que se comprometieron a inyectar 240 millones de euros.

Saab mantiene suspendida su producción desde hace meses, ya que los problemas de liquidez le impidieron efectuar determinados pagos a sus proveedores. La empresa solicitó al juez acogerse a una reorganización voluntaria, figura similar al concurso voluntario de acreedores, procedimiento que sigue adelante hasta al menos el cierre de la compra por parte de las compañías chinas.

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