Hacienda amenaza a los implicados en Suiza con publicar sus nombres en el BOE

Elena Salgado, vicepresidenta económica
Hacienda ha amenazado a los implicados en el escándalo de las cuentas opacas en Suiza con publicar en el BOE una lista con sus nombres si no se dan por enterados del requerimiento que les ha enviado. Algo que han hecho muchos de los presuntos defraudadores aconsejados por el asesor contratado por HSBC, Uría & Menéndez. En todo caso, aceptar el requerimiento tampoco implica reconocer nada irregular y, según distintas fuentes consultadas, una vez pasado el 30 de junio ya no tiene ninguna ventaja ignorarlo.
Se trata de una clara medida de presión por parte de Hacienda para meter el miedo en el cuerpo a los implicados, ya que muchos de ellos son apellidos conocidos que no quieren ni por asomo ver su nombre publicado en relación con este escándalo. Ahora bien, hay que tener en cuenta que sólo se publicarían los de aquellos que se nieguen a recoger el requerimiento enviado por el Fisco, no los de que opten por no regularizar su situación.

Esta amenaza obedece a que prácticamente ningún presunto defraudador ha regularizado su situación hasta ahora, lo que pone en evidencia la gestión de este asunto por parte de la Agencia Tributaria, muy criticada dentro y fuera del organismo y que ha costado el puesto a los máximos responsables de gestión e inspección.

En todo caso, la publicación en el BOE es una medida habitual por parte de Hacienda para notificar actuaciones administrativas cuando no es posible comunicarlas personalmente al afectado. Es lo que se conoce como “citaciones por incomparecencia”, que se publican en el diario oficial los días 5 y 20 de cada mes.

Ahora bien, hay dudas sobre la licitud de esta medida en el caso de las cuentas en Suiza, ya que lo que se les ha enviado es un requerimiento de información, no una citación. Es decir, no se sabe bajo qué rótulo podrían aparecer los nombres en el BOE, y parece impensable que sea algo así como “requerimiento por cuentas en Suiza”. Algunas fuentes señalan que tendría que ser algo genérico como “índice de actuaciones” que no ligaría explícitamente a estos nombres con el escándalo del banco HSBC.

Ahora compensa recoger el requerimiento

Más allá, los expertos consultados opinan que tenía sentido no darse por enterados del requerimiento antes del 30 de junio, pero que ya no lo tiene una vez superada esta fecha. Es discutible que este requerimiento interrumpa la prescripción de las irregularidades fiscales –sólo lo hace una inspección o una querella-, pero, aunque lo hiciera, debía haberlo hecho antes del 30 de junio, que es cuando prescribía el ejercicio 2005.

“Una vez vencido ese plazo, ya no tiene sentido arriesgarte a que tu nombre aparezca públicamente, así que la gente recogerá el requerimiento”, opina uno de los expertos. Otro va más lejos y considera absurda esta medida de Hacienda: “Si no ha evitado la prescripción de un ejercicio, publicar los nombres el 20 de julio es un viaje para el que no hacen falta alforjas”.

Por otro lado, darse por enterado del requerimiento no tiene consecuencias legales y no obliga necesariamente a regularizar la situación fiscal. Otra de las fuentes señala que “los que no han regularizado cada vez están más convencidos de que Hacienda no está tan segura de sus armas”, por lo que no espera que haya más implicados dispuestos a pagar los impuestos no declarados por sus cuentas en Suiza.

Lo cierto es que los incentivos para regularizar son muy pocos: no está claro que eso exonere del delito fiscal, en el escándalo de Liechtenstin sólo pagaron los que declararon y es muy dudoso que Hacienda pueda ganar en un juicio ya que la prueba es la lista robada por un empleado de HSBC, es decir,obtenida de forma ilegal.

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