La comisaria recibió ayer en Bruselas a una delegación de 24 representantes del sector

Marineros gallegos piden a Damanaki un “trato justo”

Reunión histórica la de ayer en Bruselas, donde la comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki, recibió a una treintena de representantes de la pesca artesanal y marisquera de Galicia, que le expusieron las dificultades que está viviendo el sector y solicitaron ayudas que aseguren su futuro.
La flota de bajura, cerco, mariscadoras, rederas, bateeiros y percebeiros pidieron una modificación de algunos aspectos de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC), como la exclusión de esta flota del reparto de cuotas y TACs y que se tenga en cuenta el peso que tiene en Europa. “Galicia está sufriendo un trato injusto con reducción de cuotas cuando los stocks están en buenas condiciones”, explicó en declaraciones a los medios la eurodiputada del BNG Ana Miranda, impulsora de esta iniciativa.
La flota de cerco dijo que la situación “es muy seria” porque la única especie que les queda por pescar es la sardina (apenas hay) y llevan cinco años sin capturar caballa. “Si no nos abren la pesquería del jurelo, nos quedamos sin recursos”, explicó el presidente de la asociación gallega de cerco, Andrés García, colectivo que representa a 40 armadores. “Dentro de un mes igual tenemos que amarrar todos”. “La comisaria no nos dio muchas esperanzas, dice que los stocks están como están, pero sabemos que hay muchos más peces de lo que se dice”, apuntó.
12 personas de esta delegación fueron las que se dirigieron a la comisaria, en tiempos de cinco minutos cada uno y a puerta cerrada durante una hora y cuarto. Algunas de sus reivindicaciones fueron modificar la definición de pesca artesanal, que esta flota quede excluida del sistema de TAC, un fondo de ayudas específico, una diferenciación entre la acuicultura industrial y extensiva, la existencia de un etiquetado con trazabilidad (que indique cuándo y dónde se pescó el producto) y una revisión del estado de contaminación de las aguas gallegas, como la Ría de Vigo.
Damanaki -que no hizo declaraciones a los medios- se comprometió a dos cosas, a estudiar un plan de ayudas directas para este colectivo y a estudiar la redefinición del concepto de pesca artesanal para que se incluyan barcos de hasta 15 metros de eslora (no 12 como hasta ahora) y mareas de 36 horas. La responsable europea de Pesca se mostró sorprendida porque “no tenía información de la Xunta ni del Gobierno de la singularidad y especificidad del sector pesquero gallego”, comentó Miranda.
La delegación pesquera desplazada a Bruselas, por iniciativa del BNG, está formada por representantes de la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores, el Consejo Regulador del Mejillón de Galicia, la Cooperativa Artesanal Cíes-Vigo, Asoar-Armega, CIG-Mar, la asociación de pesca artesanal de Laxe, mejilloneros de Cabo Cruz y las cofradías de pescadores de Redondela, Sada, Barallobre, Cedeira, A Coruña, Malpica y Camelle. Representan a más de 4.000 barcos y 80.000 trabajadores y el 3% del PIB de Galicia. Suponen el 99% de la flota gallega artesanal.

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