Carmen González Sotelo (Caracas, 1961) acaba de ser nombrada directora del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM), organismo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Vigo.
Doctora en Biología por la Universidad de Santiago, ya había colaborado en la dirección del centro con la directora saliente, Aida Fernández. La nueva responsable del centro habla de una etapa ilusionante, aunque marcada por la crisis y los recortes en investigación.
Aunque ya tenía un experiencia previa como vicedirectora, ¿cómo afronta esta nueva etapa?
Efectivamente, tengo algo de experiencia en lo que a gestión se refiere. Creo fue positiva, de aprendizaje, me ayudó a aprender ciertas cosas, pero es diferente estar apoyando a alguien que está en la dirección que estar tú en ese puesto de director. De alguna manera, tienes que tomar tú las riendas y la responsabilidad de las decisiones, que están centradas en ti. Esta nueva etapa la afronto como todo el mundo que acepta una responsabilidad y un nuevo proyecto, es decir con mucha ilusión y con las ganas de hacerlo lo mejor posible. Es un reto para estos cuatro años, interesantes para el instituto.
¿Será una etapa de continuidad o dejará su marca?
No sé si será una etapa continuista o no. Cada persona tiene su manera personal de hacer las cosas, y yo lo haré como creo que deben hacerse. Las estructuras están montadas, y eso tampoco da mucho margen, pero se intentarán hacer las cosas de una manera más operativa y consensuada. Pero creo que tenemos por delante una etapa ilusionante, después de mucho tiempo reclamándolo -porque no es nada nuevo- tenemos la posibilidad de trasladarnos a unas nuevas instalaciones, ya que estamos bastante comprimidos de espacio. Esa es la ilusión que tengo, junto con la posibilidad de tener una junta renovada, con gente muy joven, que está en la primera fase de su carrera profesional y que tiene muchas ganas de hacer cosas.
¿En qué situación está el proyecto de la nueva sede?
Es una cuestión que llevamos peleando más de 8 años. No está nada cerrado, hay un proyecto firme, ligado al Campus del Mar. En ese contexto, el Instituto tiene la posibilidad de disponer de unas nuevas instalaciones en el campus de la ETEA. Eso dependerá de una serie de condicionantes, uno de ellos el acceso a unos terrenos. Todos esos pasos se van dando de manera pautada por la Xunta y el plan de usos de esos terrenos. Así que estamos a la espera de la Administración.
83 proyectos, contratos con 22 empresas, 250 investigadores, etc, son algunas de las cifras del IIM, ¿qué valoración hace de la situación actual del Instituto?
Hemos crecido en los últimos 20 años a un nivel muy bueno. Tenemos unos 40 investigadores en plantilla que tienen muchísimas iniciativas, gente muy activa que trabaja en un montón de proyectos. Creo que estamos en un momento muy bueno, aunque quizá la única pega que podría poner es que estamos, o vamos a estar, en un momento en el que se ha formado muchísima gente como investigadores, y puede que no tengan la oportunidad de continuar con su carrera investigadora en España, o en concreto en Galicia y en Vigo. No es un problema del IIM, es de toda España.
¿No es un buen momento para la investigación?
Desde ese punto de vista, no. Los recursos humanos son la parte más importante del sistema de investigación y en estos momentos estamos viendo como muchas de las fuentes de financiación que teníamos para incorporar a investigadores y a técnicos están o bien acabando o siendo recortadas. ¿Qué va a pasar con esta gente?, pues que tendrán que abandonar sus carreras o salir fuera de España, lo cual es muy doloroso.
¿Cree que la sociedad española no comprende la inversión pública en I+D?
En España hay un desconocimiento bastante generalizado acerca de lo que es el mundo de la investigación y de los beneficios que puede reportar a un país desde el punto de vista tecnológico. He estado en otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, donde la percepción en general de la sociedad hacia la ciencia y la tecnología es mucho más amplia de la que tenemos en nuestro país. Hay mucho más respeto hacia las personas que desarrollan ese tipo de trabajos, y se las respeta porque ese trabajo les va a beneficiar. España tiene una asignatura pendiente, tanto en la educación en los colegios como en la sociedad en general, acerca de qué supone la investigación.
¿Cuál sería su solución?
Invirtiendo más en divulgación, que se conozca más nuestro trabajo y sus beneficios. Pero para eso hay que tener voluntad y también presupuesto. No digo que sea tarde, nunca lo es. En los últimos cinco años se ha invertido dinero en divulgación, hay iniciativas interesantes como el programa Redes. Es algo que hay que intensificar, esto es un problema de tiempo. La educación no es algo que sea de hoy para mañana, es una carrera de fondo.
Aunque ya tenía un experiencia previa como vicedirectora, ¿cómo afronta esta nueva etapa?
Efectivamente, tengo algo de experiencia en lo que a gestión se refiere. Creo fue positiva, de aprendizaje, me ayudó a aprender ciertas cosas, pero es diferente estar apoyando a alguien que está en la dirección que estar tú en ese puesto de director. De alguna manera, tienes que tomar tú las riendas y la responsabilidad de las decisiones, que están centradas en ti. Esta nueva etapa la afronto como todo el mundo que acepta una responsabilidad y un nuevo proyecto, es decir con mucha ilusión y con las ganas de hacerlo lo mejor posible. Es un reto para estos cuatro años, interesantes para el instituto.
¿Será una etapa de continuidad o dejará su marca?
No sé si será una etapa continuista o no. Cada persona tiene su manera personal de hacer las cosas, y yo lo haré como creo que deben hacerse. Las estructuras están montadas, y eso tampoco da mucho margen, pero se intentarán hacer las cosas de una manera más operativa y consensuada. Pero creo que tenemos por delante una etapa ilusionante, después de mucho tiempo reclamándolo -porque no es nada nuevo- tenemos la posibilidad de trasladarnos a unas nuevas instalaciones, ya que estamos bastante comprimidos de espacio. Esa es la ilusión que tengo, junto con la posibilidad de tener una junta renovada, con gente muy joven, que está en la primera fase de su carrera profesional y que tiene muchas ganas de hacer cosas.
¿En qué situación está el proyecto de la nueva sede?
Es una cuestión que llevamos peleando más de 8 años. No está nada cerrado, hay un proyecto firme, ligado al Campus del Mar. En ese contexto, el Instituto tiene la posibilidad de disponer de unas nuevas instalaciones en el campus de la ETEA. Eso dependerá de una serie de condicionantes, uno de ellos el acceso a unos terrenos. Todos esos pasos se van dando de manera pautada por la Xunta y el plan de usos de esos terrenos. Así que estamos a la espera de la Administración.
83 proyectos, contratos con 22 empresas, 250 investigadores, etc, son algunas de las cifras del IIM, ¿qué valoración hace de la situación actual del Instituto?
Hemos crecido en los últimos 20 años a un nivel muy bueno. Tenemos unos 40 investigadores en plantilla que tienen muchísimas iniciativas, gente muy activa que trabaja en un montón de proyectos. Creo que estamos en un momento muy bueno, aunque quizá la única pega que podría poner es que estamos, o vamos a estar, en un momento en el que se ha formado muchísima gente como investigadores, y puede que no tengan la oportunidad de continuar con su carrera investigadora en España, o en concreto en Galicia y en Vigo. No es un problema del IIM, es de toda España.
¿No es un buen momento para la investigación?
Desde ese punto de vista, no. Los recursos humanos son la parte más importante del sistema de investigación y en estos momentos estamos viendo como muchas de las fuentes de financiación que teníamos para incorporar a investigadores y a técnicos están o bien acabando o siendo recortadas. ¿Qué va a pasar con esta gente?, pues que tendrán que abandonar sus carreras o salir fuera de España, lo cual es muy doloroso.
¿Cree que la sociedad española no comprende la inversión pública en I+D?
En España hay un desconocimiento bastante generalizado acerca de lo que es el mundo de la investigación y de los beneficios que puede reportar a un país desde el punto de vista tecnológico. He estado en otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, donde la percepción en general de la sociedad hacia la ciencia y la tecnología es mucho más amplia de la que tenemos en nuestro país. Hay mucho más respeto hacia las personas que desarrollan ese tipo de trabajos, y se las respeta porque ese trabajo les va a beneficiar. España tiene una asignatura pendiente, tanto en la educación en los colegios como en la sociedad en general, acerca de qué supone la investigación.
¿Cuál sería su solución?
Invirtiendo más en divulgación, que se conozca más nuestro trabajo y sus beneficios. Pero para eso hay que tener voluntad y también presupuesto. No digo que sea tarde, nunca lo es. En los últimos cinco años se ha invertido dinero en divulgación, hay iniciativas interesantes como el programa Redes. Es algo que hay que intensificar, esto es un problema de tiempo. La educación no es algo que sea de hoy para mañana, es una carrera de fondo.
