Los socialistas quieren elecciones anticipadas para decidir quién gestiona la nueva ayuda de la UE

El segundo rescate aleja más a Gobierno y oposición lusos

Antonio José Seguro, líder de los socialistas portugueses. (Foto: ARCHIVO)
El Gobierno conservador luso y la oposición de izquierdas se distanciaron ayer todavía más por sus diferencias sobre la necesidad de elecciones anticipadas y la posibilidad de un segundo rescate de Portugal. Las principales fuerzas políticas evidenciaron su división en el marco de las consultas realizadas por el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, sobre la crisis de Gobierno que estalló el martes pasado.
Los llamamientos a la unidad y la cohesión de los dos partidos de la coalición conservadora de Gobierno, tras superar las divergencias que colocaron su alianza al borde de la ruptura, contrastan con la exigencia de comicios por parte de toda la izquierda.

El principal grupo de la oposición, el socialista, dio ayer un paso más al transmitir al jefe de Estado que considera imprescindible una cita con las urnas por la inminencia de un segundo rescate para Portugal, una hipótesis que asume ya como inevitable.

'El país se enfrenta a la necesidad de negociar un nuevo programa', manifestó en alusión al rescate concedido en 2011 el líder socialista, António José Seguro, que añadió: 'Sólo un nuevo Gobierno tiene legitimad democrática para hacerlo'.

Su mensaje chocó con la idea defendida por el gobernante Partido Socialdemócrata (PSD, centroderecha), que alertó, tras la reunión con Cavaco, de los riesgos que implicaría la celebración de comicios anticipados.

'Le transmitimos al presidente nuestra preocupación sobre la posibilidad de elecciones, entendemos que existen condiciones de estabilidad en el Ejecutivo y que son perceptibles los riesgos asociados a un acto electoral', señaló el número dos del PSD, Jorge Moreira da Silva. Precisó, además, que su partido rechaza 'cualquier posibilidad de un segundo rescate' y que su objetivo es cumplir el programa de ajustes.

En esta misma línea se manifestaron sus ratificados socios de Gobierno, los democristianos del CDS-PP, que insistieron en que el acuerdo del pasado viernes entre ambos partidos refleja un entendimiento 'amplio y sólido' que permitirá salvaguardar la 'estabilidad' y 'el interés nacional'.

La situación, aunque con los papeles cambiados, recuerda a los primeros meses de 2011, cuando los socialistas estaban en el poder y rechazaban de plano la petición de ayuda internacional, mientras el PSD, entonces en la oposición, abogaba tanto por las elecciones adelantadas como por el rescate.

La diferencia principal respecto a 2011 es que ahora el Gobierno conservador tiene mayoría absoluta en el Parlamento, un apoyo con el que el Partido Socialista del entonces primer ministro, José Sócrates, no contaba.

Al debate se sumó también hoy la patronal lusa, cuyo presidente, António Saraiva, consideró tras ser recibido por Cavaco que existen 'soluciones' sin necesidad de pedir el voto. Saraiva cargó duramente contra la 'irresponsabilidad política' que estuvo a punto de acabar con el actual Gobierno y recordó los 'enormes daños' causados al país la semana pasada por el aumento de la presión de los mercados y la pérdida de confianza de los inversores.

La posición de los empresarios difiere de la opinión de los sindicatos lusos, que reclaman elecciones y que hoy así se lo harán saber al jefe de Estado en la última jornada de las consultas presidenciales.

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