Además, se debatió sobre los pactos postelectorales, algo que no estaba previsto para la jornada de ayer.
Dos modelos para Galicia y una larga escala de grises en medio: desde la independencia hasta el centralismo. Niguno de los candidatos se dejó ubicar en la escala por los demás. Ni Pontón logró erigirse en la representante del nacionalismo -Villares y Leiceaga le salieron al paso-, ni Feijóo ni Losada se dejaron etiquetar como "españolistas". Así, el debate se deslizó al terreno de la transferencia de competencias. "Dende o 2009 non houbo ningunha transferencia dende o Goberno central a Galicia", denunció Leiceaga. "Temos que gobernar nós o noso mar", reclamó Pontón. "O noso obxectivo é ter unha Galicia forte, nunha España unida e plural", detalló Losada.
La cuestión lingüística ocupó también algunos minutos: "Queremos que a nosa lingua teña os mesmos dereitos que calquera lingua do mundo", declaró la líder del BNG. Feijóo respondió recitando las medidas que su gobierno ha impulsado a favor del gallego en los últimos años.
Los pactos postelectorales
En un instante del debate, el candidato popular desveló que tres de los partidos se opusieron a debatir sobre los posibles pactos postelectorales. Los aludidos recogieron el guante a iniciativa de los presentadores, Kiko Novoa y Marta Darriba, y aceptaron abrir un paréntesis.
El candidato de En Marea aseguró que solo pactaría con quien defienda la justicia social y descartó cualquier acercamiento al PP. Losada, que admitió que esperaba el triunfo de Feijóo, se ofreció como instrumento de control a la Xunta. Leiceaga se negó a asumir como propios los pactos del bipartito -Pontón sí mostró más interés en defender la gestión que hizo entonces el BNG- pero evitó comprometer un hipotético acuerdo; su indecisión fue aprovechada por el líder del PP para sentenciar: “Lecieaga acaba de entregarse ás mareas de Podemos e os do BNG”.
