Dirige el programa Imán ideado por la Consellería de Innovación para captar inteligencia estratégica para Galicia. Es un cometido para el que no existen recetas, pero imprescindible para entrar en la competición internacional. Al ex rector le gustan los retos.
Hace unos días la Comisión de Traballo Galicia-Norte de Portugal consideró clave captar grandes talentos internacionales para poder competir. Parece que ahora está todo el mundo en esa batalla.
Siempre en estas cosas tendemos a exagerar un poquito. Cuando se habló del programa Imán de pronto alquien me preguntó: ¿Van a traer aquí a grandes talentos?. Yo dije: ¿En quién estáis pensando? ¿En premios Nobel?. Hay que tener los pies en la tierra, sino es un despropósito, es rellenar páginas de periódico para que luego sea un bluf y al cabo de un tiempo la gente se pregunte qué fue de aquello. A mí no me gusta iniciar algo en lo que no esté claro cuál es el objetivo. Cuando empecé algún proyecto en mi vida más o menos sabía adonde quería llegar, aunque luego al final algunas cosas cambian y los objetivos pueden hacerse mayores, de entrada tienes que tener una idea. La primera vez que hablé de esto con el Gobierno de Galicia yo quería tener muy claro si se estaba hablando con los pies en la tierra. Buscar talento pero sin ponerle adjetivos, esto no es la Liga de las estrellas o la Champion League. ¿Por qué se creó? Hace falta para entrar en la competición internacional. En el marco de la globalización, o como cada uno quiera llamarlo, la cosa está cada vez más competitiva, se depende mucho del conocimiento, del saber hacer cosas. No es fácil competir porque trabajes mucho y por poco dinero, hay gente que lo hace mejor y son muchos más. En esa perspectiva, Galicia sabe que su puesto es, dentro de la UE, competir con todo el mundo que está tratando de hacer cosas.
No llega con los de aquí.
Mucho de ese talento ya está aquí, afortunadamente, si no... dónde estaríamos. Pero cuando quieres explorar una nueva vía económica o un sector que ya dominas y te quieres meter en una tecnología nueva, a lo mejor no tienes aquí a las personas adecuadas. Entonces, puedes hacer dos cosas: resignarte, pero eso no es lo que hacen en general nuestros empresarios. Si no lo tienen aquí lo buscan, las empresas gallegas de alto nivel no tienen ningún problema, sacan el talonario y lo traen. En este campo es distinto, no son ejecutivos, ese es un campo muy trillado en el que las empresas no necesitan ni el consejo ni la ayuda de nadie, pero en este otro asunto de quién sabe de eso que yo quiero hacer ya no es el mismo mercado, los incentivos son distintos. No digo que en algún caso puedan venir porque les pagan un montón de dinero, pero no suele ser el único motivo.
¿Qué les motiva? En el campo de la ciencia y la tecnología la gente se mueve por unas condiciones de trabajo en las que puedan desarrollar un proyecto personal atractivo. La cuestión es si hay infraestructuras científicas al lado, equipamiento de alto nivel de última generación, si esa persona que se incorpora tiene a su lado un equipo humano de calidad y cómo va a aceptar que venga alguien de fuera, si esa persona va a tener capacidad de decidir, flexibilidad para aportar también sus personas, y si además hay un salario interesante y te haces cargo de otras cosas, porque con él viaja también su familia. El programa es para dar ese punto, que se animen esas personas. A lo mejor no son muchas pero en número suficiente para que no se queden sin hacer proyectos porque no teníamos aquí a la persona, nosotros intentamos buscarla y traerla.
¿Tenemos infraestructuras? Tenemos bastante. Este programa hecho hace 30 años la gente se preguntaría ¿dónde queda eso?, ¿ahí qué hay?. Ya no es así, no es que seamos un sitio como para competir con Milán, Londres o Bruselas, cada uno en su sitio, pero ya no somos como hace unos años. En Galicia tenemos un centro de supercómputo, que es de los punteros en España y en Europa, y entre las tres universidades tenemos un potencial de equipamiento científico conseguido poquito a poquito en los últimos 20 años. Te vas al Cacti de esta Universidad y al equivalente de Santiago y Coruña y dices aquí hay equipos, infraestructuras científicas de calidad. O al Cetag, es un centro de automoción equipado. El programa llega cuando Galicia empieza a estar madura, antes hubiera sido una boutade, ahora sí, hay empresas en Galicia que han demostrado una capacidad de liderazgo y si las hay es porque ha habido talento para sacarlas adelante. Cuando la gente pregunta por Galicia, dice sí, el sitio ese de dónde salió Zara, o el sitio donde funciona una de la mejores plantas automovilístas de Europa, o donde hay una industria pesquera potente que soporta vientos y mareas y sigue siendo un referente. Hay ese contexto. Sin que sea para echar cohetes, Galicia no tiene que renunciar a hacer proyectos porque no haya las personas adecuadas, tiene que intentarlo.
