El alcalde de Lubián, Felipe Lubián, que durante años ha luchado para romper fronteras entre Galicia y Castilla y León para acercar servicios a los ciudadanos, ha propuesto que además de la sanidad, ambas comunidades compartan servicios en el ámbito asistencial y mejora de carreteras.
Felipe Lubián Lubián, alcalde de Lubián (Zamora), ha sido una de las personas que ha luchado incansablemente en los últimos años para que los gobiernos de Galicia y Castilla-León eliminasen las fronteras para acercar servicios a los vecinos de los pueblos fronterizos zamoranos y ourensanos (fue diputado por el PSOE en las Cortes de Castilla y León 12 años, hasta el 2007). A principios del 2000 consiguió que se implantase el gallego en el colegio de Lubián y su defensa de la lengua vecina supuso que, desde el 2004, sea miembro de la Real Academia da Lengua Galega. Ahora, el protocolo firmado recientemente entre la Xunta y la Junta de Castilla y León, por el que los 1.200 vecinos de Lubián, Pías, Porto y Hermisende pueden acudir al Hospital de Verín (y vecinos del municipio deViana al centro de salud de Pías y Porto) le parece un gran paso que debería ampliarse a otras áreas como asistencia social y carreteras.
Se cumple una de sus viejas reivindicaciones con el protocolo en materia saniaria, ¿cómo ha sido recibido en los pueblos zamoranos? Muy bien. Los vecinos tienen ahora dos opciones, acudir al Hospital de Verín, a 54 kilómetros, o al de Zamora, a unos 140. Yo felicito a los dos gobiernos por este protocolo. Considero que el Estado de las Autonomías no puede ser un laberinto de fronteras, sino que debe acercar la Administración a los ciudadanos.
Este convenio le ha llevado a plantear nuevas propuestas de cooperación...
Se ha dado un paso importante y hay ilusión, pero hay que avanzar más, concretamente en el ámbito de la asistencia social a las personas mayores. En este momento, hay muchos ancianos de Lubián, Porto, Hermisende y Pías ingresados en residencias de A Mezquita y Viana, por ser las más cercanas que contamos. Sin embargo, el hecho de que no exista un convenio en esta materia entre Galicia y la Junta de Castilla-León dificulta el acceso a subvenciones de la Ley de la Dependencia, pues las tramita independientemente cada comunidad. Es necesario que la persona mayor se empadrone en Viana, por ejemplo. Si no lo está, los técnicos de la Xunta no tienen competencia para evaluar su caso, tendrían que hacerlo los de la Junta de Castilla-León y no van a desplazarse hasta la provincia de Ourense. El acceso a dichas ayudas exige tal burocra cia que algunas familias optan por renunciar a ellas y se quedan sin disfrutar de este derecho.
Además de este ámbito social, ¿por qué considera necesario otro acuerdo en materia de carreteras? Las carreteras están abandonadas. La de Porto, que conecta con la provincia de Ourense y la de Zamora es intransitable, al igual que otras del enclave, incluso con tramos en zahorra, como una que va desde el municipio de Hermisende hacia A Mezquita. ¿Cómo repercute esta carencia en sus vidas cotidianas? Lógicamente, entorpece mucho la comunicación. Además, nuestros hijos salen de noche en A Mezquita y Verín y estamos con el corazón en un puño, pensando que les va a a ocurrir un accidente. ¿La necesidad de romper fronteras es sinónimo de la discriminación que registran los pueblos fronterizos? La periferia siempre está mar ginada. Un mirlo no sabe cuando está en Galicia o en Castilla y León, no tiene fronteras. Los vecinos de la frontera somos una fauna autóctona en peligro de extinción, más que los lobos, debido al envejecimiento de la población. Las inversiones son mucho menores que en localidades más pobladas. Tenemos que estar siempre vigilantes para que no nos recorten recursos y servicios. Los vecinos de Lubián hemos tenido que organizar varias protestas en Zamora.
¿La Administración no se involucra? La Administración hace planes para áreas periféricas que se quedan en un catálogo de buenas intenciones. A veces da la impresión que le interesa que los pueblos desaparezcan para que pueda convertirlos en una reserva natural de caza para los ciudadanos de Zamora o Valladolid, entonces sí invertirían. Como dato curioso, puedo citar que en Porto hay una media de un fallecimiento al día y no hay niños. En el colegio de Lubián, tenemos 14 alumnos. Algunos de Hermisende van al colegio de A Mezquita. Yo creo que hay calidad de vida en estos pueblso, pero hacen falta más servicios.
Se cumple una de sus viejas reivindicaciones con el protocolo en materia saniaria, ¿cómo ha sido recibido en los pueblos zamoranos? Muy bien. Los vecinos tienen ahora dos opciones, acudir al Hospital de Verín, a 54 kilómetros, o al de Zamora, a unos 140. Yo felicito a los dos gobiernos por este protocolo. Considero que el Estado de las Autonomías no puede ser un laberinto de fronteras, sino que debe acercar la Administración a los ciudadanos.
Este convenio le ha llevado a plantear nuevas propuestas de cooperación...
Se ha dado un paso importante y hay ilusión, pero hay que avanzar más, concretamente en el ámbito de la asistencia social a las personas mayores. En este momento, hay muchos ancianos de Lubián, Porto, Hermisende y Pías ingresados en residencias de A Mezquita y Viana, por ser las más cercanas que contamos. Sin embargo, el hecho de que no exista un convenio en esta materia entre Galicia y la Junta de Castilla-León dificulta el acceso a subvenciones de la Ley de la Dependencia, pues las tramita independientemente cada comunidad. Es necesario que la persona mayor se empadrone en Viana, por ejemplo. Si no lo está, los técnicos de la Xunta no tienen competencia para evaluar su caso, tendrían que hacerlo los de la Junta de Castilla-León y no van a desplazarse hasta la provincia de Ourense. El acceso a dichas ayudas exige tal burocra cia que algunas familias optan por renunciar a ellas y se quedan sin disfrutar de este derecho.
Además de este ámbito social, ¿por qué considera necesario otro acuerdo en materia de carreteras? Las carreteras están abandonadas. La de Porto, que conecta con la provincia de Ourense y la de Zamora es intransitable, al igual que otras del enclave, incluso con tramos en zahorra, como una que va desde el municipio de Hermisende hacia A Mezquita. ¿Cómo repercute esta carencia en sus vidas cotidianas? Lógicamente, entorpece mucho la comunicación. Además, nuestros hijos salen de noche en A Mezquita y Verín y estamos con el corazón en un puño, pensando que les va a a ocurrir un accidente. ¿La necesidad de romper fronteras es sinónimo de la discriminación que registran los pueblos fronterizos? La periferia siempre está mar ginada. Un mirlo no sabe cuando está en Galicia o en Castilla y León, no tiene fronteras. Los vecinos de la frontera somos una fauna autóctona en peligro de extinción, más que los lobos, debido al envejecimiento de la población. Las inversiones son mucho menores que en localidades más pobladas. Tenemos que estar siempre vigilantes para que no nos recorten recursos y servicios. Los vecinos de Lubián hemos tenido que organizar varias protestas en Zamora.
¿La Administración no se involucra? La Administración hace planes para áreas periféricas que se quedan en un catálogo de buenas intenciones. A veces da la impresión que le interesa que los pueblos desaparezcan para que pueda convertirlos en una reserva natural de caza para los ciudadanos de Zamora o Valladolid, entonces sí invertirían. Como dato curioso, puedo citar que en Porto hay una media de un fallecimiento al día y no hay niños. En el colegio de Lubián, tenemos 14 alumnos. Algunos de Hermisende van al colegio de A Mezquita. Yo creo que hay calidad de vida en estos pueblso, pero hacen falta más servicios.
