Las “olas” volaron -y algunas se rompieron- en el barrio ourensano de Eiroás. La Festa da Pita entró ayer en su segunda semana con la celebración del Domingo Oleiro, después del Domingo Fareleiro. A partir de las cinco de la tarde, los participantes comenzaron a lanzarse entre ellos las vasijas de barro. Y de fondo, la charanga Alambique se encargó de poner el acento musical.
Además, las pitas, la máscara característica de este Entroido, volvieron a salir por primera vez tras el año pasado. Y se dio a conocer el color que representará el 2023 en los broches que portan en sus hombros, que tienen una cinta por cada año corrido. Este Entroido se añadirá al historial de las pitas mediante una cinta blanca.
Los motivos detrás de la elección son dos. El primero, reflexionar sobre la necesidad de darle una oportunidad a la paz, debido al más de medio centenar de conflictos bélicos que asolan el planeta, como la guerra de Ucrania. Y el otro, recordar las batas blancas del personal sanitario, que “segue vendo como se recortan, ano tras ano, os recursos para a sanidade pública”, explican en su web.
