Después del día más intenso en Laza, el lunes de Entroido, todavía quedaban fuerzas para más en esta festividad tan auténtica y tradicional. La "farrapada", las hormigas, la gitanada o el reparto de la cachucha -con una plaza de A Picota a reventar- dieron paso al martes de Entroido. Un día del ciclo festivo que comenzaba bien temprano con las charangas "Vaite xa!" y Europa, que fueron las encargadas de despertar a los más rezagados después de una jornada y noche de lo más intensas. Por la mañana, el emblema del Entroido más "enxebre" de la provincia, el peliqueiro, volvió a tomar las calles, aunque en esta ocasión sólo vistieron el traje los más veteranos.
Por la tarde, la música continuó de la mano de la charanga "Vaite xa!" que también acompañó al desfile de carrozas.
Al anochecer tuvo lugar la lectura del Testamento do Burro, momento que marca el final del ciclo en Laza y, a su término, se celebró el entierro del Entroido con el luto de los propios peliqueiros. Para despedir la fiesta, la orquesta Nevada y la discoteca móvil Space ofrecieron varios pases musicales hasta la madrugada.n
