Una veintena de galos marcó el ritmo dominical a los parroquianos de A Merca

Jóvenes y mayores compartieron una celebración que incluyó un recorrido matutino por O Val y, por la tarde, la “monta”

Los galos hicieron ayer su esperada aparición en San Pedro da Mezquita (A Merca) por el Entroido. Una veintena tomaba,  minutos antes de las once de la mañana, los alrededores del templo parroquial, Bien de Interés Cultural, a la espera de la salida de los feligreses. 

Tras el saludo de rigor, la música empezó a sonar y ya nada les hizo parar. Galos y parroquianos compartieron risas y bailes. “Eu non sirvo”, trataba de zafarse una vecina que, finalmente, sucumbió a los encantos del joven que la sacó a bailar. “E tí quen es?”, preguntaba curiosa por saber quien se escondía tras el anonimato de la máscara.

Hará dos décadas que los galos empezaron a recuperar el esplendor de antaño, que llegó a perderse casi por completo a mediados del siglo pasado. Manuel Vispo, portavoz de la asociación recreativa gastronómica Os Galos, trasladaba el orgullo local de contar con entre 40 y 50 galos. “Estamos moi orgullosos, non é doado recuperalo nun pobo tan pequeno coma este”, comentaba antes del recorrido por O Val, en el que fueron agasajados con dulces y licores. El martes de Entroido volverán a salir para completar el recorrido por la parroquia. “Pasámolo ben, é un orgullo e a xente maior alégrase ao vernos”, comentan los jóvenes hermanos Antón y Lois Santos, que empezaron a salir hace una década, con cuatro y nueve años.

La jornada dominical incluyó una comida vecinal y, por la tarde, la “monta do Galo”. “Hoxe en día facémolo distinto, entre nós. Pero en tempos viñan dos pobos veciños a montar o galo. Iso era unha ofensa e o galo, que ía por parellas, saía correndo detrás da persoa que os montaba e, cando o collían, o levaban á taberna para pagar unha rolda de viños”, relataba Manuel Vispo.

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