El juez expulsa de la sala a la novia del acusado por hacerle fotos con el teléfono móvil y 'coquetear' con él 'todo el rato'

Una carta con una canción de Alex Ubago que un etarra envió a su novia revela su pertenencia a ETA

Una carta con una canción de Alex Ubago que el etarra Jon Kepa Preciado envió a su novia, Ziortza Fernández Larrazabal, poco antes de que ésta fuera detenida en 2003, ha permitido a los investigadores identificar su letra con los manuscritos encontrados en varias viviendas utilizadas por la banda terrorista ETA y en los que se detallaban varias 'acciones armadas' llevadas a cabo por la organización.
Más de una veintena de ertzainas han testificado este lunes en el juicio que se sigue ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional contra Jon Kepa Preciado, quien se enfrenta a penas de 20 años de cárcel por un delito de integración en organización terrorista y otro depósito de armas o explosivos.

El fiscal Pedro Martínez Torrijos ha explicado que la misiva que envió Preciado a su compañera sentimental, en la que le pedía 'volverse a ver por última vez', sirvió a los peritos como 'texto indubitado' para verificar que los documentos encontrados en los registros contra ETA habián sido escritos por el acusado.

Preciado está acusado de formar parte del talde denominado 'Jata', que realizó funciones de apoyo a los comandos vizcaínos 'Olaia' y 'Anuk'. Según el Ministerio Público, realizó diversas acciones que le fueron encomendadas como servicios de información sobre posibles objetivos de la organización, captación de nuevos militantes, labores de lanzadera, o labores de auxilio en el transporte o almacenaje de sustancias explosivas.

Ziortza Fernández, compañera sentimental desde 2002 de Jon Kepa Preciado y condenada a pagar en 2006 una multa de 2.700 euros por esconder a etarras huidos, ha testificado durante la vista oral y ha reconocido que su novio le remitió la carta con la letra de una canción, de cuyo título dijo no acordarse. Asimismo, ha admitido que su novio se ausentó durante un tiempo, periodo durante el cual, según los agentes, huyó a Francia para evitar su detención.

COQUETEOS EN PLENO JUICIO

Tras su declaración, Ziortza Fernández volvió a sentarse con el público que asistía al juicio oral y realizó repetidas fotografías con el teléfono móvil a su novio, quien se encontraba sentado en la celda acristalada de la Sala. En un momento dado, el presidente del tribunal, el magistrado Alfonso Guevara, instó a los policías presentes a retirar el teléfono a Ziortza, a quien emplazó a abandonar la Sala.

'Además de estar coqueteando todo el rato, se permite hacer las fotografías', ha protestado el juez Guevara, para a continuación argumentar: 'Una cosa es que tenga tolerancia, Jon Kepa, porque me ha visto varias veces que le he estado mirando y usted mismo ha reaccionado, y otra cosa es que ya se estaba pasando'. 'No creo que se haya molestado a nadie', ha respondido en pie el imputado.

Los agentes que han comparecido como testigos han dado cuenta de que Preciado tenía 'pleno acceso' a una lonja en la que se guardaba 'una multitud' de explosivos, titadyne y cloratita, subfusiles, revólveres, placas de matrículas o detonadores. En las viviendas registradas durante la operación contra estos comandos encontraron huellas del acusado y de otros miembros de la banda, como Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', un dossier con nombres de 'personalidades escritas' y algunos planos.

Según los peritos, en otro de los registros aparecían manuscritos sobre los integrantes del comando 'Jata', entre quienes aparecía el nombre de Jon Kepa Preciado, y las acciones atribuidas a este grupo, entre las que se encontraba el atentado perpetrado contra la ex teniente alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo, herida junto a su escolta en 2002.

Durante el juicio también han comparecido los etarras Gorka Martínez y Aitor Herrera, ya condenados por su pertenencia a ETA, que han evitado ratificar las declaraciones prestadas en sede policial, en las que incriminaban a Preciado, alegando que fueron realizadas bajo torturas. En su turno de última palabra, el acusado ha aprovechado la ocasión para condenar los 'malos tratos y torturas a los que han sido sometidos' y 'la impunidad de la Policía'. 'No a las torturas ni en Euskal Herria ni en ningún otro sitio', ha concluido

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