Condenado a 23 años el acusado de matar a su mujer con una piqueta en Almería

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería ha condenado a 23 años de prisión al hombre de 33 años y nacionalidad boliviana que el 18 de febrero de 2010 mató a su mujer de veinticuatro golpes con una piqueta y tres navajazos en el domicilio conyugal de Almería capital.
Así lo ha explicado el abogado del condenado, Francisco de Asís Ferre, quien ha avanzado que va a recurrir la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

El fallo condena al hombre a indemnizar con 200.000 euros a cada uno de los dos hijos, de 5 y 7 años, que tenía con su mujer, Maryorie R.E., que tenía 26 años en el momento de su muerte.

La Fiscal había solicitado una pena de 25 años de prisión, la pena máxima por un delito de asesinato, una petición a la que se adhirieron los abogados del Estado y de la Junta de Andalucía, así como la acusación particular ejercida por la familia de la víctima, mientras que la defensa había solicitado 22 años y medio.

El jurado, que cerró la posibilidad de indulto o remisión de la pena, consideró que hubo ensañamiento, a la vez que rechazó que hubiera arrebato o que el acusado actuara con las facultades volitivas o intelictivas alteradas, de acuerdo a los informes forenses y a los testimonios de los policías nacionales que le detuvieron poco después del asesinato.

El crimen se produjo sobre las 2.00 horas del 18 de febrero de 2010 en una vivienda de la calle Poeta Gonzalo de Berceo, en la capital almeriense, mientras la prima-hermana del agresor y los hijos del matrimonio dormían en otras habitaciones.

Según el relato de los hechos realizado por la fiscal, el hombre decidió acabar con la vida de su mujer tras tener conocimiento de su infidelidad 'y para ello colocó una piqueta debajo de la cama' del dormitorio 'esperando el momento oportuno para ello'.

Durante la discusión de aquella noche, el acusado asestó a la mujer un total de veinticuatro golpes en la cabeza con la intención de matarla y de aumentar su sufrimiento, y finalmente, cuando aún estaba con vida, le clavó en el cuello una navaja que tenía en la mesita de noche, describió la fiscal.

El acusado explicó que guardaba debajo de la cama la piqueta junto con otras herramientas procedentes de su trabajo de albañilería para que no las cogieran los niños y porque a veces tenía que hacer trabajos en casa, y sobre la navaja dijo que ya estaba en la casa cuando la familia entró a vivir en alquiler.

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