El grupo de captores afirmó que la puesta en libertad se llevó a cabo tras cumplir sus exigencias

Los dos cooperantes llegan en buen estado tras su liberación

Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons a su llegada ayer por la tarde a Madrid.  (Foto: GUSTAVO CUEVAS.)
Los cooperantes Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons llegaron ayer a Madrid, sonrientes y en buen estado de salud, después de poner fin a la pesadilla vivida durante casi nueve meses de secuestro en el norte de Mali a manos de un grupo islamista radical.
El avión de la Fuerza Aérea que les trajo desde Burkina Faso aterrizó sobre las ocho de la tarde en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde les esperaron sus familiares y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. El recibimiento fue en la intimidad, ya que sólo se permitieronque una cámara de televisión y un fotógrafo registraran la bienvenida. En su primera aparición en público, los tres cooperantes se mostraron felices y con buen aspecto físico, aunque Gonyalons cojeaba ligeramente de una pierna a causa de una herida.

'Doy las gracias al Gobierno de Burkina Faso por la liberación', dijo Gonyalons, quien rehusó hacer comentarios sobre las condiciones de vida durante el secuestro a manos del grupo salafista Movimiento Unicidad y Yihad en África del Oeste (Muyao).Uno de los intermediarios, el general Gilbert Diendéré, asesor de seguridad del presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, se limitó a decir que las dos mujeres estuvieron juntas durante los últimos cinco meses, mientras el otro rehén permaneció aislado.Uno de los dirigentes del grupo terrorista, Mohamed Uld Hisham, afirmó que la puesta en libertad se llevó a cabo una vez cumplidas las exigencias que impusieron.

La agencia mauritana de noticias ANI informó el pasasdo miércoles, horas antes de conocerse la liberación de los cooperantes, que el saharaui Mamine Uld Ufkir, preso en Nuakchot por su presunta implicación en el secuestro, fue trasladado desde la cárcel a un lugar desconocido.

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