GÜRTEL

Crespo cree que su mala relación con Fraga perjudicó a Correa

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photo_camera Pablo Crespo, durante su intervención. (ÁLVAREZ)

El número dos de la Gürtel explicó que tenía buenas relaciones con Xosé Cuiña, ex secretario general del PP gallego

El número dos de Gürtel, Pablo Crespo, ha opinado que el hecho de que Francisco Correa le fichara para gestionar sus empresas en 2002, tres años después de dejar su cargo en el PP gallego, le perjudicó porque no tenía buenas relaciones con "quien mandaba en aquel momento", en referencia a Manuel Fraga.

"El señor Correa siempre le ha quitado importancia a esto, pero ayudar no ayudó", ha dicho a su abogado, Miguel Durán, cuando le ha preguntado si "ha trajinado con sus contactos en el PP para conseguir contrataciones para el señor Correa".

En un primer momento, el que fuera secretario de organización del PP gallego ha contestado a la pregunta con un rotundo "desde luego que no".

Luego, ha añadido: "Lo que le puedo decir, y el señor Correa lo sabe porque se lo expresé con consternación en su día, que mi incorporación al frente de Special Events (empresa de Correa) le perjudicó precisamente por yo provenir del PP de Galicia sin ser una persona de confianza, y que lo fui hasta que desgraciadamente falleció, de alguien que no era de la simpatía de quien mandaba en aquel momento".

Según ha aclarado a Efe su abogado, Crespo ha querido decir que tenía buenas relaciones con Xosé Cuiña, ex secretario general del PP gallego (1990-1999), fallecido en 2007, que no se llevaba bien con el expresidente de la Xunta Manuel Fraga.

Previamente, a preguntas de la defensa de Luis Bárcenas, había relatado que el PP de Galicia jamás abonó una deuda de 125.000 euros por actos de campaña en las elecciones locales de 1999 y autonómicas de 2001 y que le fue reclamada en 2003 al expresidente de la Xunta Manuel Fraga.

Para conseguir el pago de esa cantidad, el abogado Luis de Miguel, presunto arquitecto financiero de la trama, envió una carta a Fraga en la que le informaba de que el dirigente del PP Javier Arenas había encargado a Bárcenas que solucionara ese problema.

Crespo ha explicado que llegó a hablar de ello con el extesorero y su antecesor en el cargo Álvaro Lapuerta para trasladarles que se estaba cometiendo "una injusticia manifiesta", si bien finalmente no le autorizaron el cobro porque "no era una deuda del PP nacional".

"Cuando vieron que me incorporé" al Grupo Correa "pensaron que era un apaño y que no tenían que pagar", así que "jamás se pagó", ha dicho.

Sobre Bárcenas, ha dejado claro que el extesorero no era socio de las empresas de Correa y ha reiterado que le conoció cuando él estaba en el PP gallego.

A partir de que empezara a trabajar en las empresas de Correa, su relación fue la de proveedor y cliente, ya que era con el extesorero (entonces gerente) con quien "tenía que pelear" los precios y formas de pago.

"Dentro de las empresas jamás le he entregado un céntimo a Bárcenas", ha añadido Crespo, negando una vez más haber dado dinero a políticos del PP, y, al referirse a su relación Lapuerta, ha indicado que le parecía "una persona entrañable" .

Cuando dimitió como secretario de organización en 1999, ha proseguido, recopiló toda la documentación confidencial que tenía en su poder, incluyendo recibos y anotaciones, y guardó los originales en una caja de seguridad en un banco de Pontevedra.

Entregó entonces dos copias, una de ellas a Fraga en persona y otra a Lapuerta, también en persona, en este caso en Madrid.

Su abogado también le ha preguntado si ha participado en el diseño de estructuras societarias de Correa, a lo que ha contestado que él le ayudó "dentro de un ámbito que he entendido lícito". "Jamás he tenido conocimiento de un acto delictivo como tal". ha añadido, para volver a resaltar que Correa, además de su "jefe", sigue siendo su "amigo".

A lo largo del interrogatorio, ha relatado también las presuntas irregularidades que según él se produjeron en su detención en febrero de 2009, tales como que transcurrió el plazo legal de 72 horas antes de ser puesto a disposición judicial y que le asistió un letrado que finalmente resultó imputado, sin que el juez Baltasar Garzón le advirtiera de ello.

También se ha quejado de las condiciones precarias en las que estuvo detenido y que, además de dormir y comer poco, le llevaron a estar 24 horas en dependencias policiales sin poder hacer sus necesidades. Ha dicho que quizá aguantó porque tiene "la vejiga de titanio".

Crespo ha acabado hoy de declarar después de tres días de interrogatorio en los que ha respondido a todas las partes. El juicio se reanudará mañana a las 10.00 horas con la comparecencia de Álvaro Pérez Alonso, el Bigotes. 

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