La Policía Nacional ha detenido en Barcelona a dos hombres que simularon una extorsión de una banda de narcotraficantes para estafar 17.000 euros al compañero de piso de uno de ellos, según han informado fuentes policiales.
A partir de la supuesta recepción por error de un paquete postal con supuesta cocaína procedente de Colombia, enviado por los propios arrestados, pudieron haber iniciado la estafa.
Tras destruir la droga le convencieron de que una inexistente organización criminal les reclamaba el abono de la cocaína y fingieron amenazas de muerte y agresiones para obligarle a hacer importantes desembolsos y que no denunciara.
La investigación se inició en agosto y su origen radicaba en un paquete postal procedente de Colombia en el que al parecer se incluía cocaína, y su compañero de piso le recomendó que lo destruyera.
Unos meses después, comenzó a recibir llamadas en su teléfono móvil exigiéndole 38.000 euros como pago por la droga destruida, y la víctima comenzó a realizar pagos de entre 2.000 y 5.000 euros de forma periódica, utilizando de mediador a su compañero de piso, quien se encargaba de entregarlo al inexistente grupo criminal.
Para hacer más creíbles las supuestas amenazas, el amigo le manifestó que en dos ocasiones había sido abordado por los supuestos extorsionadores, quienes le trasladaron contra su voluntad en un vehículo de alta gama: en una ocasión al Maremàgnum y en otra al Aeropuerto de El Prat.
Un familiar de la víctima, tras ver cómo mermaba su cuenta bancaria, le convenció para denunciar los hechos, en contraposición a lo que le aconsejaba su compañero de piso, momento en que se inicia la investigación policial.
Transcurrido un mes se repiten las amenazas, esta vez al cómplice igualmente arrestado, que relató a la víctima que unos ciudadanos de Europa del este lo habían introducido en una furgoneta y amenazado con causarle daño si no reanudaban los pagos.
Al decirle que se pondrían los hechos en conocimiento de la policía, que ya estaba investigando el caso, el cómplice reconoció que éste último hecho no había sucedido y que había sido solo una broma.
Los detenidos, ambos de nacionalidad colombiana, pasaron a disposición judicial imputados por los presuntos delitos de amenazas graves y estafa.
Tras destruir la droga le convencieron de que una inexistente organización criminal les reclamaba el abono de la cocaína y fingieron amenazas de muerte y agresiones para obligarle a hacer importantes desembolsos y que no denunciara.
La investigación se inició en agosto y su origen radicaba en un paquete postal procedente de Colombia en el que al parecer se incluía cocaína, y su compañero de piso le recomendó que lo destruyera.
Unos meses después, comenzó a recibir llamadas en su teléfono móvil exigiéndole 38.000 euros como pago por la droga destruida, y la víctima comenzó a realizar pagos de entre 2.000 y 5.000 euros de forma periódica, utilizando de mediador a su compañero de piso, quien se encargaba de entregarlo al inexistente grupo criminal.
Para hacer más creíbles las supuestas amenazas, el amigo le manifestó que en dos ocasiones había sido abordado por los supuestos extorsionadores, quienes le trasladaron contra su voluntad en un vehículo de alta gama: en una ocasión al Maremàgnum y en otra al Aeropuerto de El Prat.
Un familiar de la víctima, tras ver cómo mermaba su cuenta bancaria, le convenció para denunciar los hechos, en contraposición a lo que le aconsejaba su compañero de piso, momento en que se inicia la investigación policial.
Transcurrido un mes se repiten las amenazas, esta vez al cómplice igualmente arrestado, que relató a la víctima que unos ciudadanos de Europa del este lo habían introducido en una furgoneta y amenazado con causarle daño si no reanudaban los pagos.
Al decirle que se pondrían los hechos en conocimiento de la policía, que ya estaba investigando el caso, el cómplice reconoció que éste último hecho no había sucedido y que había sido solo una broma.
Los detenidos, ambos de nacionalidad colombiana, pasaron a disposición judicial imputados por los presuntos delitos de amenazas graves y estafa.
