Un pastor muere de un infarto en Madrid durante la Fiesta de la Trashumancia

Un rebaño de ovejas pasa junto a la catedral de La Almudena.
La decimoquinta edición de la Fiesta de la Trashumancia, celebrada hoy en Madrid, se ha visto empañada por el fallecimiento de un pastor como consecuencia de un infarto cuando participaba en la conducción del rebaño por las calles del centro de la capital.
El incidente alteró el recorrido previsto inicialmente y los compañeros del pastor guardaron un minuto de silencio en su memoria.

Ajenos a esta desgracia, miles de personas disfrutaron del paso de unas 1.100 ovejas rubias de Colmenar Viejo (Madrid), acompañadas de bueyes, vacas y burros de Burgos, Cantabria, Zamora y León, para reivindicar la importancia de mantener la tradición ancestral de la trashumancia y las vías pecuarias y pedir más ayudas para aquellos que todavía ejercen el oficio de pastor.

El pastor cayó fulminado junto a la Plaza de la Villa, poco antes de que pudiera hacer la entrega simbólica de 100 maravedíes.

Facultativos del servicio municipal de urgencias trataron sin éxito de reanimar al pastor, de nombre Tino y de 78 años, que había venido con un grupo de León, y al final sólo pudieron confirmar el fallecimiento.

Por este motivo, se suspendió la entrega a los representantes del Consistorio de los 100 maravedíes estipulados en la Concordia de 4 de Mayo de 1418 como pago por atravesar Madrid, y se mantuvo parado al ganado durante una media hora, tras la cual se reanudó la marcha.

Es de destacar el comportamiento manso de las enormes vacas tudancas de Santiago de Cartes (Cantabria), que posaron estoicamente para los cientos de curiosos que se fotografiaron junto a ellas.

Algunos de los pastores que han participado en esta edición de la Fiesta de la Trashumancia han destacado la importancia de mantener viva esta tradición porque 'forma parte de la historia' y porque constituye una manera de reivindicar, 'de forma lúdica', más ayudas económicas y facilidades para los pastores.

Para ellos, venir hasta la capital 'sigue siendo toda una experiencia', a pesar de que este es ya el sexto año que acuden a esta celebración y de que están acostumbrados a participar en la trashumancia por otras cañadas en Cantabria.

Sin embargo, este año no han podido traer a las pocas ovejas que todavía poseen en su cabaña debido a los controles existentes en la zona por la enfermedad de la lengua azul, según han explicado a Efe.

Abriendo la comitiva, un grupo proveniente de la localidad leonesa de Astorga llamaba al ganado con enormes caracolas de mar, acompañados por perros pastores, y junto a ellos amenizaba la marcha una compañía de danza de Maragatería, también de León.

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