Especial Magosto 2021

Magosto en Ourense: una ofrenda de origen pagano

Los orígenes están relacionados con el culto a la fecundidad y, al cristianizarse, se asoció a los santos y difuntos

El magosto es una fiesta de origen pagano que posteriormente fue cristianizada. Tiene elementos de los rituales celtas como son el fuego y la coincidencia con el fin del verano. Es una festividad relacionada con el culto a la fecundidad, de ahí que esté relacionado directamente con el fuego, representando al sol, dios fecundador de la tierra. Al cristianizarse, se asoció a los santos y difuntos, por eso se celebra el 1 de noviembre, por ser una comida que simboliza la muerte del ciclo solar. También segundo creencias antiguas, la castaña era como un símbolo de ánima de los difuntos, en la que cada castaña era considerada un alma liberada del purgatorio. Y al finalizar la fiesta, las almas venían a calentarse a las brasas de las hogueras, se recomendaba dejar castañas para las ánimas.

En Ourense pasó a celebrarse el 11 de noviembre, festividad de San Martín de Tours, patrón de la ciudad. Actualmente el magosto se entiende como una merienda en la que se enciende el fuego, hasta hacer brasas, en las que se asan castañas acompañadas de bailes, juegos populares y cantos. Además, se pinta la cara con los restos de la hoguera y se salta para que dé buena suerte.

Hablar de esta manifestación cultural que por noviembre, coincidiendo con Difuntos, se repite en toda Galicia es hablar de la castaña, un fruto que durante milenios supuso la base de la alimentación en todo el norte peninsular, tanto humana como para los animales que domesticaban, como el cerdo. 

El cultivo del castaño se remonta a los primeros pobladores. No en vano, es un árbol autóctono que conformaba los antiguos “soutos” y “fragas”, hoy en día cada vez más escasos. Y ya se cultivaba antes de la llegada de los romanos, que lo utilizaron para dar de comer a la mano de obra que utilizaba para la explotación de las minas de oro.

UNA OFRENDA

Con el magosto estamos ante una auténtica ofrenda a los dioses que se ha venido repitiendo desde el neolítico. El castaño ofrece sus primeros frutos al inicio del otoño, que el hombre obtiene sin ningún esfuerzo. Lo único que ha de poner de su parte es el sacrifico para abrirlo aún verde, ya que en la Edad de Bronce este proceso lo realizaba con los pies desnudos, con los que separaba el erizo que las cubre. Las gentes se reunían en los ‘soutos’ para este rito, en el que entregaban la primera cosecha a aquellas divinidades celtas que se la proporcionaban en esos lugares y que eran receptores de los muertos del Alén.

Esto coincide además con la época del Samaín, que marca el inicio de la estación del frío, cuando muere el verano, el ganado regresa de los montes y comienza una época de oscuridad e incertidumbre. Es también cuando se abren las puertas del Alén, donde nos esperan esos hospederos. Precisamente, la fiesta de los Difuntos siempre tuvo en Galicia el componente de una comida comunal en la que participaban los vivos y los muertos. Una idea muy extendida en los países atlánticos de cultura celta, como la propia Galicia o Irlanda, es que cada vez que una castaña estalla en la hoguera es un alma que se libera.


Fuente de inspiración artística


El magosto y su fiesta han sido y siguen siendo fuente de inspiración para la creación de recursos en el mundo de la literatura, música y plástica. En el ámbito musical diferentes artistas han creado canciones dedicadas al magosto, entre ellas encontramos O rap do Magosto de Paco Nogueiras, Tres castañas polo chan de Susa Herrera, Magosto de 13 Lúas, Arao de Pelo Gato 24 e Chegou o Magosto de Jesús Pareja, entre otros. Respecto al mundo plástico la castaña además de ser uno de os frutos del otoño nos puede servir para hacer múltiples manualidades

Te puede interesar