Sociedad Textil Lonia ha hecho una apuesta especial por “el trabajo artesanal”, de ahí la puesta en marcha del ciclo de FP Dual y de otras apuestas formativas.
La compañía ourensana vive en proceso de cambio constante para no perder el ritmo de un sector que da giros continuos en todo el mundo. Sociedad Textil Lonia (STL) se enfrenta a esos retos “fortaleciéndose en todas sus áreas”, pretendiendo ser porosa a esas sensibilidades. En una provincia con uno de los ratios de empleo industrial más bajos de España y una de las tasas de emigración juvenil más altas, STL quiere incorporar a las personas que pueden pilotar o acompañar esos procesos de cambio en un momento económico complejo. La textil anuncia que su reto “es continuar creciendo como lo hemos hecho hasta ahora, desde la perseverancia y con autoexigencia, apostando por nuevas generaciones y aprendiendo de los que más saben”.
Sociedad Textil Lonia ha hecho una apuesta especial por “el trabajo artesanal”, de ahí la puesta en marcha del ciclo de FP Dual y de otras apuestas formativas para potenciar un departamento que la empresa considera vital”. La compañía se nutre del trabajo de diseñadores, patronistas, costureros, bordadores, artesanos, ilustradores o estampadores, entre otras actividades, “y todos cuidan con su trabajo que el producto final alcance la más alta calidad y excelencia”, explica la empresa.
¿Cuál es el perfil de trabajador que está buscando en la actualidad? Un portavoz aclara que “buscamos talento, profesionales que quieran incorporarse a una empresa ágil, de ámbito internacional, y que aspiren a alcanzar sus metas a nuestro lado”. El proceso de incorporación a la empresa se hace mediante selección individualizada de aspirantes, o la captación de talento en las universidades.
Sin olvidar que “la formación es clave para el correcto desarrollo de nuestro negocio, por eso invertimos esfuerzo y tiempo en que todos los que quieren formar parte de STL y los que ya lo hacen, reciban planes específicos y apoyo para desarrollarse profesionalmente”, dicen las mismas fuentes.
CRECIMIENTO
STL ha tenido un crecimiento exponencial pese a que ni siquiera ha cumplido dos décadas de vida. Puntos de venta en cuatro de los cinco continentes o la cifra de 2.500 trabajadores son solo dos parámetros que miden el desarrollo de una industria que fabrica las colecciones de Purificación García y Carolina Herrera.
En agosto del 1998 Textil Lonia lanza la marca de Purificación García y tras abrir mercado en España y Portugal, la enseña ha desarrollado un rápido proceso de expansión. Tres años después de que se crease STL, y con las creaciones de Purificación García ya bien posicionadas en el mercado, el segundo reto se produjo en el año 2000 al firmar un acuerdo con Carolina Herrera Ltd para crear la marca lifestyle CH Carolina Herrera. Esa alianza contribuyó también a afianzar el proceso de expansión de la textil ourensana y que culminaría más de una década después con el acuerdo que se alcanzó en el año 2014 para la entrada de la citada compañía en el capital social de Sociedad Textil Lonia.
LAS MARCAS
¿Quién está detrás de las marcas que fabrica STL? Purificación García nació en la localidad ourensana de Castrelo do Val y pasó su infancia en Montevideo. Su primer trabajo tuvo lugar en una empresa textil de esta ciudad, donde adquirió un gran conocimiento del tejido, la base de su futura profesión. Con 21 años se traslada a Canadá donde entra en contacto con el mundo de la piel y tras una fugaz etapa neoyorquina, decide regresar a España en 1978, fijando su residencia definitiva en Barcelona. En 1981 presenta su primera colección completa y en 1983 se consolida en el mercado, desfilando cada temporada en Barcelona y en Madrid. En 1985 abre su primera tienda en Bélgica y en 1989 desfila por primera vez en Milán.
Por su parte, durante más de tres décadas, Carolina Herrera ha establecido una estética sofisticada y reconocida a nivel mundial. Con el apoyo y el respaldo de Diana Vreeland, de la revista Vogue, su primera colección para mujer en el neoyorquino Metropolitan Club en 1981. La colección tuvo un éxito inmediato entre los minoristas del sector del lujo y la prensa de moda. Fue entonces cuando creó su firma bajo el nombre de Carolina Herrera New York.
