Berlín, desde la época de la caída del muro, se ha ido convirtiendo en una ciudad abierta, moderna y que ha apostado por abrirse a las tendencias culturales más modernas y actuales.
Por ello se han llegado a autobautizar como la ciudad de la libertad. La ciudad siempre sorprende, ya que siempre está pasando algo y nunca descansa. Si usted es más del tipo de turismo tradicional deberá visitar la torre de televisión, para conocer la ciudad desde una vista panorámica.
En la zona monumental debe visitar la Puerta de Brandenburgo símbolo de la Europa unida y no olvidar la visita al edificio del Reigstag, ejemplo de arquitectura y de imagen política.
Si le apetece callejear entonces su zona debe ser las inmediaciones de la Friedrichstraße, la exclusiva calle comercial de Berlín-Mitte. Allí se encuentra una de las plazas más bonitas de Berlín: la Gendarmenmarkt.
Es una zona donde podrá visitar tanto la catedral francesa como la catedral alemana, como el Konzerthaus, diseñado por Schinkel. Antiguo teatro y actual sala de conciertos de la capital alemana y referente de la música en la ciudad. Como ven, la ciudad se ha transformado desde el frío muro a una ciudad abierta y acogedora.
