El consumo medio de cada hogar al año es de 10 mil kilovatios a la hora.
El invierno es la estación del año en la que el uso de la calefacción aumenta notablemente y su consiguiente gasto económico. Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, organismo perteneciente al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, un hogar español consume 10.521 KWh al año y prácticamente la mitad de ese consumo se gasta en calefacción. Escoger bien el sistema para calentar nuestro hogar puede suponer un ahorro energético medio del 20%. También existen diversas maneras de poder reducirlo.
Conseguir mantener el ambiente caldeado de una vivienda, puede lograrse sin la necesidad de hacer un uso maximizado de los radiadores. Encenderlos a partir de mediodía y mantenerla en una misma temperatura, entre 18 ºC 21 ºC, es un modo eficiente de lograr una atmósfera caldeada, teniendo en cuenta que cada grado de incremento supone un 5% y un 7% más de consumo.
Existen pautas de uso de calefacción que inciden en un ahorro energético, algunas de ellas, muy sencillas. Cabe citar pautas tan elementales como bajar un par de grados el termostato cuando la vivienda está habitada y estén encendidos aparatos eléctricos usados que desprendan calor para su uso. Además de que una calefacción en mal estado puede gastar mucho y no calentar lo suficiente, por lo que es importante, revisar los radiadores, mantenerlos limpios y purgados al menos una vez al año.
Tampoco deben cubrirse, ha de haber un espacio libre alrededor de ellos, para poder sacar el máximo rendimiento de la calefacción. Cubrirlos como método para secar ropas en ellos, crea humedad en el ambiente y reduce la eficiencia energética , produciendo un mayor consumo. Tampoco es hacer un consumo eficiente el mantener la calefacción encendida si uno no está en casa, y tampoco lo es tratar de mantener calientes las habitaciones que estén vacías.
La Unión Europea está implantando medidas extraordinarias para reducir el consumo de las calefacciones, obligando a los países comunitarios a garantizar que los edificios dispongan de dispositivos de medición individuales antes del 31 de diciembre de 2016. Este sistema implica un ahorro medio de 224 euros por hogar y la disminución de 2,4 millones de toneladas de CO2 al año, según un estudio de la Universidad de Alcalá.
Claro que aislar la vivienda es un modo de asegurarse que no quede ni una rendija por la que pueda colarse el frío, así como revisar puertas y ventanas, para identificar por dónde se filtra el aire. Es cierto que existen rejillas que se deben tener por seguridad, por lo que deben dejarse cerradas las puertas de esas habitaciones, pudiendo esta medida, reducir hasta un 30% el gasto. Aunque son las ventanas de una vivienda, las máximas responsables de la fuga del 25% del calor de una habitación, la colocación de doble ventana contribuiría a evitar esta pérdida y tratándose en cuestión económica supone un gasto de entre 200 o 300 euros.
En cuanto al gasto de luz, recordar que la tarifa por horas se fundamenta en aumentar el consumo en los tramos horarios más baratos, que es cuando la demanda es menor. Y ya centrados en el momento, en el de las fiestas navideñas, guirnaldas con luces led, mejor.
