El tipo de emprendedor que las dirige, ha nacido en la globalización, y ha tenido la oportunidad de formarse académicamente, de tener conocimiento de un idioma distinto al propio y haber adquirido así un alto grado de experiencia laboral en empresas internacionales
“Es la invasión de los ruidos lo que hace que el pasillo que acababa por fin de abrirse ante mí, vuelva a cerrarse del todo. ” (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Murakami).
Tradicionalmente, se ha incentivado la búsqueda de mercados exteriores, en ese largo pasillo repleto de ruido y de sequía de ventas. Había que salir a conquistar territorios de negocio menos conocidos. Podrían hacerlo empresas fuertes, con recursos para apaciguar el zumbido continuo de la incertidumbre, en ese largo corredor, fácil de ensordecer, cuando uno cree que cuenta con recursos; y se extendió la idea de que las pymes no estaban preparadas para la internacionalización y como mucho para hacer alguna subcontrata de otra más grande.
No es el caso de las compañías Born Global, que emergen con fuerza para desdecir esas medias verdades. Y rompen barreras, poniendo en entredicho lo dado por hecho, abriendo sin rémora una vía de emprendimiento. Están triunfando y son la prueba palpable de que aún sin recursos materiales, se puede. Porque llegando a caballo del conocimiento, alcanzas la meta, produces y vendes.
El tipo de emprendedor que las dirige, ha nacido en la globalización, y ha tenido la oportunidad de formarse académicamente, de tener conocimiento de un idioma distinto al propio y haber adquirido así un alto grado de experiencia laboral en empresas internacionales. Ha tenido oportunidades previas en la creación de negocios, lo que le ha dado un conocimiento estratégico del mercado. Y goza de una de las virtudes más afortunadas para la organización de tareas y para la coordinación de personas, la flexibilidad. Esto, junto con un uso intensivo de aplicaciones tecnológicas, en los diversos procesos organizacionales, ha propiciado el milagro. Las circunstancias que lo rodeaban, lo han aupado, porque la firma de acuerdos de libre comercio entre países o regiones, ha favorecido la prolífica actividad en los negocios internacionales. La eliminación de barreras arancelarias y la expansión de internet, han abaratado los costes de las exportaciones y de las comunicaciones. Y estamos hablando de pymes con menos de 500 empleados, nacidas de la audacia de jóvenes emprendedores, fuertemente relacionados con la tecnología, que los ha llevado a un proceso de internacionalización acelerado. Sus productos y servicios, son demandados en cualquier parte del planeta, porque el mundo en el que vivimos, es global. Se dirigen a segmentos de mercado homogéneo, o a pequeños nichos. Definidas, por un enfoque estratégico en un mercado internacional, de ahí nace su nombre: “born global” o empresas de acelerada internacionalización. Son escasas en activos tangibles, humanos y financiero, pero son ricas en conocimiento; lo que les permite planear sobre el mapa de los mercados, abriendo múltiples posibilidades, porque desde esa vista de pájaro sabe dar respuesta a: ¿qué vender? ¿A quién? ¿A qué precio? ¿Con qué medios? ¿Cómo? ¿Cuánto?.
“Estoy contemplando la habitación desde lo alto, como un pájaro imaginario que planeara en un cielo imaginario. Amplío la escena que veo allí, me retiro, la veo desde el aire, vuelvo a acercarme, la amplío.” (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Murakami)
