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Desarrollo del turismo en Ourense: hoja de ruta

Silhouette of a group of people on the grass.
photo_camera Silueta de un grupo de personas en una ruta.

La provincia de Ourense ofrece grandes posibilidades para la potenciación del turismo.

La provincia de Ourense ofrece grandes posibilidades para la potenciación del turismo. Sin embargo, la simple dotación de recursos no es suficiente para lograr un desarrollo adecuado de esta actividad. Como veremos, resulta necesario establecer un completo programa de actuaciones, sobre todo si lo que se pretende es garantizar que el turismo se convierta en uno de los motores económicos de nuestra provincia, que posibilite la creación de empleo.

Para el desarrollo de la actividad turística en Ourense es imprescindible desarrollar una “hoja de ruta”. Esta actuación debe basarse en nueve puntos, que se relacionan a continuación.

1.- Garantizar un correcto desarrollo de los ecosistemas. Ourense tiene muchos recursos medioambientales que es preciso cuidar. Así, es necesario contar con un plan de protección de incendios coordinado en toda la provincia. Ourense dispone de unos recursos forestales muy importantes y el deterioro del monte tras un incendio implica un período de más de dos décadas de adecuación, además de unos elevados costes medioambientales y económicos. Unido a lo anterior es preciso mejorar los planes de protección del hábitat. Para ello hay que evitar introducir especies foráneas y apostar por las autóctonas. Lo mismo se puede señalar para la importante fauna de los bosques ourensanos.

Es prioritario aprovechar más lo que ya se tiene. La provincia de Ourense posee muchos ríos y presas que, con una pequeña inversión, se pueden transformar en atractivos paseos fluviales (tal y como ha sucedido en la ciudad de Ourense con el río Miño o en el embalse de Cachamuiña en O Pereiro de Aguiar). Este tipo de actuaciones también podrían favorecer el desarrollo de nuevas actividades deportivas, con bajo impacto ambiental, como la pesca, natación o la navegación a vela.

Es por lo tanto imprescindible diseñar un plan de atención y cuidado de los recursos naturales, compatible con unas infraestructuras sostenibles y de bajo impacto, siempre bajo cierto control de la administración competente. Además, sería necesario racionalizar la apertura de nuevas actividades y reconversión de las ya existentes respetuoso con la riqueza de nuestra provincia.

2.- Apostar por la calidad y la diferenciación turística. Es imprescindible una apuesta por la calidad y por ofertar un producto diferente. Hay que seleccionar los mejores productos de cada zona y orientarlos al mercado. Así, es necesario seguir apostado por experiencias tan positivas como el Salón Gallego de Gastronomía y Turismo (Xantar). Además, hay que seguir promocionando aquellos productos con más proyección nacional e internacional, tal y como ha venido haciendo el Instituto Ourensano de Desarrollo Económico (INORDE) con la patata o la castaña.

Este trabajo no debe quedar aquí. Es preciso buscar nuevos productos aprovechando los recursos de la provincia. Una posibilidad es la agricultura ecológica,  actividad responsable con el medio ambiente y con una buena imagen. Unido a lo anterior, la agricultura ecológica permite obtener un producto diferente y con baja intensidad medioambiental, contribuyendo al desarrollo rural. Aún con todo, esta actividad no puede considerarse como una panacea, ya que no está exenta de limitaciones: baja demanda de este tipo de productos, reducida capacidad de comercialización, pequeño surtido y un elevado precio.

Además, habría que apostar por actividades turísticas de bajo impacto medioambiental, que puedan incluirse en los tradicionales paquetes turísticos, tanto en el entorno rural como urbano. Hay que fijarse en la experiencia de otras ciudades (Gijón, Bilbao, Oviedo) donde se ofertan paquetes turísticos que incluyen la estancia y actividades complementarias para un turismo de fin de semana y estancias breves. Por ejemplo, los potenciales turistas podrían conocer la oferta culinaria de una comarca o una ciudad (turismo gastronómico) o utilizar una zona como base desde la que desplazarse en excursiones de un solo día. La centralidad de la ciudad de Ourense, permite estar a poco más de una hora de Vigo, Santiago y no se tarda mucho más tiempo en llegar a Pontevedra o A Coruña. Es necesario aprovechar las infraestructuras existentes y convertir a la ciudad de Ourense en un “puesto base”  para rutas por Galicia.

3.- Mejorar las infraestructuras y comunicaciones. Si de verdad se quiere aumentar la actividad turística hay que fomentar una adecuada política de las infraestructuras y comunicaciones. No es comprensible que en 2015 se tarde en llegar a Ourense desde Madrid, en el mejor de los casos, más de 5 horas en ferrocarril, cuando hay poco más de 500 kilómetros.  Hay buenas vías de comunicación por carretera con las grandes ciudades de Galicia, pero no así con el resto de municipios.

Muchas de las instalaciones de turismo en la provincia de Ourense se encuentran escasamente señalizadas, siendo, además, complicado llegar a las mismas por estar alejadas de las grandes vías de comunicación y con accesos complicados, tanto por su deficiente estado como por la falta/ausencia de indicaciones. Por lo tanto, es necesario crear infraestructuras idóneas que permitan el aprovechamiento del potencial turístico. Esto permitiría un incremento de la temporada turística, reduciendo la estacionalidad de la actividad, a la par que aumentaría la rentabilidad de la actividad,

4.- Ajustar la oferta con la demanda. Esta máxima presente en todas las actividades económicas, es si cabe mucho más necesaria, en el turismo. Hay  que desarrollar alojamientos “idóneos”. Es el momento de apostar por nuevas iniciativas que complementen la tradicional oferta de turismo rural, por ejemplo, empresas de turismo deportivo, que generan mucho empleo e ingresos.  

Tanto en el medio rural como urbano hay que mejorar la calidad de los alojamientos. La realidad muestra como en la actual la oferta prima la cantidad, pero no la calidad. Excepto en las principales ciudades existe una escasa oferta hotelera, en su mayoría gestionadas por sus propietarios, con reducida rentabilidad. Por otra parte, en las ciudades más importantes, si bien existe una oferta suficiente de hoteles, no abundan los hoteles de cuatro estrellas.

5.- Apostar decididamente por el turismo alternativo. Los beneficios del turismo rural va más allá de los criterios economicistas, al ofrecer unos importantes rendimientos sociales, frenando el abandono del medio rural. Hay que aprovechar las diferencias entre el turismo rural y el masificado turismo de sol y playa. Actualmente, cada vez son más los visitantes que apuestan por el turismo rural, buscando una oferta más personalizada, diferente, que evite las aglomeraciones.

6.-Mejorar la imagen turística. La imagen turística que debiera proyectar la provincia de Ourense es que se trata de un destino exclusivo y sin masificación, con un importante volumen histórico por descubrir y con un patrimonio cultural y paisajístico irrepetible y único. Solo de esta forma se logrará que en el sector turístico se consolide. Hay que primar la calidad y no la cantidad. No es viable competir en número, hay que hacerlo en productos diferenciados y de alto valor añadido.

7.- Alargar la temporada turística. Es preciso romper la excesiva estacionalidad. Para ello es preciso reorientar la oferta turística a otros mercados, aparte del interior. Hay que apostar por una política de alojamientos turísticos que permita su aprovechamiento todo el año.
También sería de gran interés promocionar el turismo otoñal y de primavera para determinados grupos de edad, tal y como se viene haciendo, con bastante éxito, por otras regiones. Otra posibilidad es desarrollar el “turismo social”, dirigido a personas mayores, que lleva años ensayándose con éxito en la costa mediterránea, a través de los programas del IMSERSO, pero no así en nuestra provincia, que podría complementarse con un “turismo termal”.

8.- Ampliar la oferta turística. Es necesario que la provincia ourensana ofrezca una amplia gama de precios para que turistas con diferente poder adquisitivo puedan encontrar una oferta de acorde con su presupuesto, pero siempre bajo la premisa de la mejor ratio calidad/precio.

9.- Mayor interés público por la actividad turística. Se debería crear un organismo o bien ampliar las competencias de alguno ya existente, que establezca las directrices para mejorar el turismo. Este papel lo debería desarrollar la Xunta de Galicia en colaboración con la Diputación de Ourense y los municipios afectados.

Es necesario mejorar las instalaciones rurales primando aquellas situadas en los enclaves de mayor interés turístico. Frente a actuaciones de subvención directa al turismo rural (que han sido muchas, pero muy  poco rentables) se debieran plantear otras estrategias. Las políticas basadas en el “café para todos” no funcionan. Las ayudas deberían ser condicionadas a la consecución de ciertos objetivos y, además ser estudiadas en su conjunto, por medio de criterios homogéneos para su concesión.

Es imprescindible mejorar el emprendimiento en materia turística. Si bien la formación es siempre necesaria para cualquier actividad económica, en el caso del turismo es mucho mayor. Esto es así porque el contacto con el cliente es continuo y es preciso garantizar la máxima calidad en todos los servicios ofertados.

El incremento de la formación aumentaría su especialización, mejorando la  productividad empresarial y posibilitando un mayor crecimiento del sector. Por este motivo, desde las instituciones públicas educativas se debería garantizar el mayor nivel de calidad a los futuros trabajadores. La Universidad de Vigo, en su campus universitario cuenta con varios centros especializados en el sector turístico, en especial la Facultad de Ciencias Empresariales y Turismo y la Facultad de Historia, de ahí que debería potenciarse la colaboración con la institución viguesa para mejorar la oferta turística de la provincia ourensana, tanto desde las entidades públicas como privadas.

Los ayuntamientos y las entidades que prestan sus servicios turísticos en los diferentes municipios deberían tener una atención preferente en la elaboración de los planes y programas turísticos; en las líneas y medidas de fomento económico fijadas por la Administración autonómica y la diputación de Ourense; en los programas de promoción interior y exterior del turismo y en el fomento de la imagen de Ourense como marca turística.

Resumiendo, a pesar de que las estrategias son numerosas, la mayor parte de las acciones de esta “hoja de ruta” para la provincia de Ourense  no precisan de grandes inversiones económicas. Si bien la provincia ourensana dispone de las bases necesarias para mejorar los rendimientos del turismo, es necesaria una buena planificación en la que se integre el apoyo público y la iniciativa privada.

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