ECONOMÍA CIUDADANA

La digitalización de la banca sitúa al sector ante un nuevo modelo de negocio

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La banca vive una revolución tecnológica, en una carrera en la que el caballo ganador, lleva la marca de la digitalización. El 65% del sector, ya se ha sumergido en ese proceso

“Se preguntó por qué siempre le había parecido que un cambio le conduciría a algo peor. Ahora se daba cuenta de que el cambio podía conducir a algo mejor” ¿Quién se ha llevado mi queso? Spencer Johnson, M.D.

La banca vive una revolución tecnológica, en una carrera en la que el caballo ganador, lleva la  marca de la digitalización. El 65% del sector, ya se ha sumergido en ese proceso. Las entidades tienen que convivir con dos realidades de clientes: físicos y digitales, a los que prestar unos mismos servicios, y una misma atención. Han aparecido fuertes competidores, la banca en la sombra, las fintech: Amazon, Apple, Google, que ofrecen servicios relacionados con los pagos y créditos. Se trata de firmas 100% digitales, flexibles, con facilidad para incorporar cambios, debido a su reducida estructura de costes; se benefician de que todavía es inexistente, un marco legal que las ata en corto, regulando su actividad; y campean a sus anchas, desatando su vocerío que huele a novedad y rapidez de ejecución. La banca tradicional, en medio de este panorama, se ha visto obligada a modernizarse en un mundo presidido ya, por la hiperconectividad. Porque vivimos una nueva dimensión en las transacciones electrónicas, que adelantan el principio del fin del dinero en efectivo, por el elevado coste que irá teniendo la moneda física en el futuro.  

Desde el Banco Central Europeo, la digitalización es aplaudida, porque es una manera de reducir gastos. Algo muy necesario, porque la rentabilidad ha caído y las cuentas de resultados son engañosas: aunque los beneficios crecen, los ingresos tradicionales del sector (lo que se cobra por el crédito y lo que se paga por los depósitos)  decrecen. Se está llevando a cabo, una política expansiva, que propicia que el tipo de interés sea bajo, de esta manera, el precio de los préstamos, se abarata. Una política que busca espolear la petición de créditos bancarios, que ha decrecido. Pero hay muy poca actividad crediticia, a pesar de la bajada de los tipos de interés, y son pocos los que se aventuran.

Como modo de supervivencia, la banca precisa recortar gastos. La agilidad en el proceso de datos,  permite rentabilidad. La clave del futuro del sector bancario es, apostar por la tecnología que permita la rapidez y una estructura de costes lo más baja posible. Pero las oficinas físicas, no van a desaparecer; aunque cambiarán radicalmente enfocadas ahora,  a la venta de seguros, depósitos, hipotecas, tarjetas, telefonía y todo lo que les case con el cliente. Los grupos financieros tendrán que convertirse en empresas de servicios, con soluciones digitales basadas en el conocimiento; porque ha comenzado un largo viaje digital, que supondrá una mejora drástica de la eficiencia. Vienen cambios en los procesos productivos de la banca. La tecnología permite aumentar el número de transacciones que se podrían realizar en la banca tradicional. Ésta,  fortalecerá  las relaciones con los clientes, aprovechando las transferencias de datos e  incrementando la seguridad.  En palabras de Hannah Arendt, aludiendo al “animal laborans” - el hombre- y a la sociedad-masa, el mundo común ya no es necesario,  tampoco lo es la presencia de los otros, porque lo que tienen en común los hombres, no es el mundo, sino la estructura de sus mentes.

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