EMPRENDEDORES Y MARKETING

La fina frontera que distingue lo que es eficaz y lo que resulta ineficaz

Recientemente he empezado en tierras castellanas una acción de consultoría para un joven emprendedor que quiere mejorar aspectos de su empresa.

¡Cómo disfruto cuando veo que las nuevas generaciones asumen la opción de emprender como algo totalmente válido para buscar su desarrollo! Cada trabajo que realizo siempre me aporta algo novedoso o que me llama la atención, y en esta ocasión, este joven me planteó de golpe la siguiente reflexión después de su introducción: “bueno, cuéntame cómo ves; no te cortes por favor en nada, ni en lo bueno ni en lo malo”. Y digo que me impactó su frase porque no me quedó más remedio que decirle que sus virtudes eran sus grandes enemigos. Me explico.

En primer lugar, lo que rápidamente captó mi interés fue el observar lo claros que tiene sus objetivos a largo plazo. Y, al mismo tiempo, me sorprendió este detalle por la juventud de este emprendedor. Ya puedo adelantar que un factor común que he observado en emprendedores de éxito es que pueden visualizar, con gran facilidad, lo que quieren alcanzar a futuro. Y en el caso de este joven, aquí tiene un punto ya ganado en esta carrera de emprender. 

Ahora bien, uno de los grandes errores que he podido refrendar en mi carrera profesional es el que se deriva de contemplar estos objetivos de manera rígida, casi inmovilista, incluso cuando se ve perfectamente que no habrá posibilidad de alcanzarlo. En cambio, la persona insiste e insiste hasta que el objetivo pasa a convertirse en obsesión. 

Por eso, mi primer consejo sería: márcate un objetivo, pero ten la libertad de flexibilizarlo y modificarlo si las condiciones externas te lo exigen.¿Y qué tienen la inmensa mayoría de los jóvenes en común? Sus ganas por triunfar y por alcanzar rápidamente los objetivos que se marcan. Es envidiable la ilusión y motivación que transmiten por llegar a ese punto que se han marcado como destino.

De hecho, cuánto deberían aprender algunas empresas ya consolidadas que pierden en ocasiones oportunidades de negocio por ser máquinas muy lentas en las tomas de decisiones.

Pero nuevamente, rara es la vez que no tengo que recomendar a los emprendedores que la carrera de triunfar laboralmente no es de velocidad, sino que es una carrera de fondo con obstáculos y que para alcanzar ese objetivo a largo plazo que va marcando nuestros pasos y nuestras decisiones, lo más sensato será marcarnos objetivos más pequeños que nos acerquen al destino final. 
Así que ahí va mi segundo consejo: sé rápido, sé ágil, pero recuerda que para batir un récord, es necesario ver si los tiempos intermedios te acercan o te alejan de conseguir una buena marca.

Buen precio
¿Y qué decir del precio de nuestros productos y servicios? Un factor que he podido comprobar en todos los emprendedores que están abriendo en los últimos años, debido a la influencia de esta crisis que ha trastocado todos los conceptos, es la importancia que se está dando a tener un buen precio que nos garantice que los clientes adquieran lo que les ofrecemos.

Es indudable que hay muchas historias perfectamente documentadas en las que se ve cómo empresas que fabricaban o que ofrecían productos fantásticos, no los conseguían vender porque los clientes consideraban que el precio estaba fuera de mercado o que, incluso, era abusivo.

Y, desde luego, nuestros clientes y nuestros competidores nos obligan a tener un buen precio de lo que fabricamos o distribuimos, y más aún en esta época de crisis. Pero no es menos cierto que los clientes demandan un buen servicio post-venta de tu producto, un buen  asesoramiento, una buena logística, un buen merchandising de lo que ofrecemos. En definitiva, no debemos cometer el error de centrarnos solo en ofrecer un buen precio, sino en intentar marcar diferencias en otros campos. Por eso, ahí te lanzo un tercer y último consejo hoy: ten un buen precio de lo que produces y vendes, pero no te obsesiones solo con el precio, porque si lo único que te diferencia de tu competencia es el precio, mi recomendación es que cierres cuanto antes tu negocio.

Así que, algo que tuve claro cuando acabé el otro día la sesión de consultoría con este joven emprendedor es que la frontera de lo eficaz y de lo ineficaz es muy delgada, y que justo lo que consideramos como nuestras virtudes pueden llegar a convertirse en nuestro principal enemigo.
 

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