CON PRIMA DE RIESGO

“Para ganar al boxeo hay que moverse hacia atrás, si retrocedes demasiado al final ya no estás”

El último trámite “protocolario” reafirma por parte de los accionistas de Euskaltel la compra de R

“Para ganar en el boxeo, hay que moverse hacia atrás, pero si retrocedes demasiado, al final ya no estás”, es de la película  Million Dollar Baby, y es tal cual.  El último trámite “protocolario” que reafirma por parte de los accionistas de Euskaltel el levantamiento de la compañía R Cable, una de las enseñas de Galicia pese a los cambios en el accionario en los últimos años al hacerse participada por una entidad de capital riesgo británica  CVC y Abanca, por un precio de 1.190 millones de euros no sé si por definitivo porque se va y me suena a ganga con pena o si porque reafirma la frase de la película de Clint Eastwood que retroceder demasiado a veces, cuando miras  resulta que ya no estás.  

Al final, de una u otra forma, se cumple que ya no estás cuando aún quedaba mucho juego de cadera. 

La operación ya finiquitada sanea a R Cable en aproximadamente 300 millones de euros, que es la deuda estimada de la gallega que refinancia el operador vasco, el resto de la operación se lleva a cabo con un pago parte en acciones y parte en metálico. La valoración es de 10,9 veces el Ebitda que genera el operador gallego, en la línea de las últimas operaciones del sector y en la línea de la capitalización de Euskaltel  en el mercado continuo.

Pero si la Ebitda, sólo mide la capacidad de la empresa para generar beneficios considerando únicamente su actividad productiva y no es este el único valor de la compañía gallega, que cerró el pasado ejercicio previo a la venta con unos beneficios de 17,4 millones de euros y con una cifra de negocio de 237 millones en un año, lo que supone casi el precio de su deuda. También su política estratégica  vinculada al territorio, que se acerca a los 1.000 millones de euros en su esfuerzo inversor por llenar de fibra óptica a Galicia, acercándola  a casi 100  municipios gallegos y  a  910.000 hogares y locales de empresa. Por lo que si el tamaño del comprador no es muy diferente al del comprado, ya ven lo que se adjudica la vasca por el importe de sus  activos, por el que le compra la fibra óptica instalada en Galicia.  

Ahora  a mantener el carácter local de ambas compañías, que en teoría se ve traducido en la continuidad de las respectivas marcas, estructuras locales y equipos que al considerarlos como elementos clave de la gestión comercial para llegar a más se olvidan de otra manida frase que recuerda que  “unos cardan la lana y otros se llevan la fama”,  o eso, o no lo piensan.
Y claro que es evidente que los gallegos, como todos, sufrimos impactos importantes en nuestra economía y es un decir hablar de R o de los quebraderos de cabeza de Pescanova,  que al final sufren la  misma falta de financiación del entorno más próximo lo que al final es un lastre para el desarrollo de su actividad productiva; porque también la reestructuración de las cajas gallegas fusionadas hasta el alivio del surgimiento de Abanca o las absorciones del Banco Pastor y  el Banco Gallego dejan a la comunidad sin  sistema financiero autóctono, por lo que supone de escasa sensibilidad hacia un proyecto de interés común de desarrollo endógeno. 

Pese a lo complicado de la situación, las buenas noticias y los buenos números también existen en esta tierra y algunas compañías siguen aumentando su facturación y su beneficio de manera bastante consolidada, como el grupo PSA Peugeot Citroën, que fabrica en Vigo e incrementa su producción y apuesta por nuevos modelos con los que saturar su fábrica,  o un sector aeronáutico pujante con Coasa a la cabeza que asegura su carga de trabajo para muchos años, o los drones que despegan en Galicia en experiencias de éxito y con recorrido y un tejido de pymes y medianas empresas que operan como auxiliares de gigantes de los sectores textil, automovilístico y de construcción naval y que están fuertemente internacionalizadas.

Mientras el Foro Económico de Galicia alerta sobre la precariedad del sector lácteo y aboga por reforzar su industria transformadora para permitir que España deje de ser una “cloaca” de los excedentes europeos de productos del ramo. 
De nada han servido los acuerdos  para la sostenibilidad del sector que no ha resuelto la crisis que atenaza a los ganaderos; dos de las principales reivindicaciones que se plantean: valorizar la leche e impedir su uso como reclamo no se han sabido cumplir;  en cuanto a lo primero  las cadenas de distribución han subido su precio aunque como suele ser habitual lo repercuten al consumidor sin trasladar esa ganancia a los productores, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados; y por lo que respecta a su desuso como reclamo,  crudo está, porque entran a precios más bajos de lo que les corresponde y muy inferiores a los que se venden en sus países de origen, porque cuando hay dificultades en el mercado europeo  tales como la pérdida de mercado o una situación estacional de exceso de producción, es fácil colocarnos.

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