Qué podemos decir de la maldita tecnolujuria que no hayamos dicho ya? Es cierto que dada la importancia que tiene en las empresas es de justicia convertirla en un Mandamiento Tecnológico.
Tengo que reconocer que la erradicación de la tecnolujuria ha sido durante muchos años uno de los fines más importantes de mi misión profesional en esta vida.
En esta epistolar carrera hemos intentado transmitir a las empresas que tanto el miedo como el abuso de la tecnología son dos factores letales cuando intentamos hacer una compañía más competitiva.
La tecnolujuria es, si me permiten los ejemplos cotidianos, como matar mosquitos a cañonazos, como ir a comer a un restaurante y a la hora de elegir el vino preguntar cuál es el más caro y encargarlo; o como ir a comprar un coche siempre a una reputada marca sin tener en cuenta las prestaciones y características técnicas, sino simplemente la estética y el precio más alto.
La tecnolujuria es la antítesis a la compra inteligente, es la invasión de criterios equivocados como el de que lo más caro es lo mejor. Todos sabemos que el precio más alto no tiene porqué satisfacer las necesidades de nuestra empresa.
Debemos evitar la tecnolujuria cuando seleccionamos un ERP para nuestra empresa, al elegir nuestro proveedor de telecomunicaciones, el de energía, nuestros asesores y consultores.
En las especificaciones ceñirnos a lo que realmente nos hace falta y abandonar los "ya de paso que..."
Enfocar para no despilfarrar en herramientas tecnológicas que realmente ni necesitamos ni sabemos que vamos a necesitar, teniendo en cuenta que la tecnología de hoy es antigua mañana.
Por todo esto el IX Mandamiento Tecnológico lo hemos dedicado a tratar por todos los medios de evitar la tecnolujuria que tanto daño ha hecho a muchas empresas.
La historia está plagada de ejemplos de empresas cuyo mal uso de la tecnología ha puesto contra las cuerdas y que en el mejor de los casos, lejos de mejorar su competitividad consiguieron exactamente lo contrario.
