José Manuel Rodríguez, gerente de Inorde, es un gestor experimentado y con un conocimiento profundo del entorno socioeconómico provincial.
Vitalista, inquieto, perseverante y con don de gentes, confiesa que no sabe lo que es el temor. Los datos macroeconómicos negativos de la provincia no le intimidan, convierte en oportunidades la debilidad; porque por encima de todo en su discurso la palabra más utilizada es actitud, una disposición de ánimo que supone movilizar todo el potencial que tiene para aportar lo mejor.
Lidera la actividad del Inorde desde el año 2002 ¿Cuáles son esos proyectos de los que se siente más satisfecho?
Le diré que nunca me siento satisfecho porque la satisfacción es sinónimo de retroceso; si estas satisfecho no haces más y yo nunca estoy satisfecho de lo que hago porque siempre sigo desarrollando. Para mi el enemigo del desarrollo es la satisfacción. Pero sí hay proyectos de los que siento cierto orgullo porque han aportado valor a la provincia y hoy siguen aportando valor; algunos incluso han creado un modelo o un cambio de gestión en algún sector. Por ejemplo en la zona de la Limia con la agricultura, era impensable hace años que un paisano llevara tierra a un laboratorio para analizar y que se le recomendara desde un punto de vista técnico el tipo de abono y fertilizantes que debería utilizar; hoy nosotros hacemos seis mil análisis al año; imagínese, a nivel Galicia, tenemos seis mil análisis ahí. Somos el único laboratorio acreditado en cuatro parámetros de análisis químico de suelo por ENAC, y el único de España acreditado para el nematodo de la patata.
Un centro que se hicimos con Fondos Europeos. Parecía impensable que el sector primario acudiese a él a consultar, porque cada uno “lle botaba o que lle parecía”. También un proyecto de castaña donde hemos trabajado sobre quinientas hectáreas en cuatro ayuntamientos de las comarcas de Conso-Frieiras y Vilardevós. Un proyecto de trabajo que quedará para las próximas generaciones, durante muchos años. Plantamos en torno a cuarenta mil castaños. Y es que si algún proyecto lidera el sector agrario, el minifundismo desaparece. Nosotros transformamos quinientas hectáreas en cuatro fincas. Es un proyecto del que me siento orgulloso; agrupamos a trescientas personas que producirán un millón de kilos de castañas. También en el sector primario hemos recuperado razas autóctonas de”porco celta”, “vaca cachena”, “oveja gallega” y “galiña de Mos” que estaban en extinción. Tenemos un capital genético impresionante. Suministramos a muchos ganaderos, tenemos ese valor, pero en un año la finca de Armariz, de once hectáreas, que acoge en la actualidad labores ganaderas, será una granja escuela de razas autóctonas, será una granja forestal y en ella, tendremos un circuito de animales y actividades para niños y campamentos.
Y en cuanto al turismo, señalarlo, por el giro que le dimos al termalismo. Si hasta el año 2000 era un turismo termal curativo, hemos trabajado para poner en valor los recursos naturales y culturales de Ourense, estructurando la oferta, los recursos y los servicios para crear el destino “Ourense, provincia termal”. Aunque ahora habrá que volver a replantear un nuevo concepto, porque éste, está ya gastado. Replantearlo en aspectos como pueda ser el tema del Centro de Entrenamiento de Remo que cuenta con unas instalaciones que se han convertido en referencia para selecciones como Bielorrusia, Reino Unido, Rumanía o Australia. Tenemos vendidas 19.000 estancias para rentabilizar el termalismo, un factor diferencial en el que Ourense puede ser motor. Estamos creando territorios, hoy el consumidor quiere hacer más que ver, si el tratamiento termal son dos horas quedan diez, y la idea es llenar el tiempo con paquetes cerrados. Creamos experiencias singulares de ecoturismo gallego que promocionamos y comercializamos en el portal oficial de Turismo de España visitado por dieciocho millones de personas. Tenemos acuerdos con Renfe hasta el año 2020 para el proyecto de Trenes Turísticos. Nació como un proyecto turístico pionero y en este año 2016 celebrará ya su cuarta edición combinando los desplazamientos en tren y catamarán para acercarse de una manera diferente a los recursos relacionados con el paisaje, la naturaleza, la viticultura, la enología o la botánica. Son temas con los que disfrutamos.
Trabajan también el área del emprendimiento...
En el marco del Plan Transforma Ourense desarrollamos un servicio de búsqueda y captación de colectivos, actividades de difusión y asesoramiento especializado e individualizado para el proyecto de Impulso de la Innovación en las pymes de la provincia, principalmente de los sectores de turismo y hostelería, termalismo, agroalimentario, vinícola, textil, proyectos basados en TIC, proyectos de I+D+i y aquellos relacionados con las energías renovables y el ahorro energético; en general proyectos de todos los ámbitos de la economía presentes en la comunidad gallega y con recorrido de futuro.
Un proyecto que implementamos con el apoyo de la Escuela de Organización Industrial y que tiene como objetivo mejorar la innovación tecnológica de las pymes e incrementar su competitividad, favorecer el emprendimiento, crear y consolidar empresas de base tecnológica y potenciar el tejido empresarial ourensano. En un escenario con una tremenda presión fiscal y una ausencia de crédito sabemos que las empresas que se constituyen tienen una mortalidad alta, pero las que salen tiene un crecimiento exponencial, y hay que acompañarlas, y además durante más tiempo, e incluso hacerlo de una manera muy horizontal, para que haya conexión entre emprendedores. Pasa lo mismo que con la innovación, debe ser muy transversal, porque hoy todos los sectores están innovando y un sector innova para otro y otro para otro más.
¿Cual es el secreto del éxito de esa gestión?
Cuando entras en una reunión los egos, se han de dejar en la puerta. La gestión está por encima de todo y hay que saber negociar. Hay que querer, hay que tener actitud, es lo único que multiplica; el talento suma, suma el conocimiento, pero sin actitud no haces nada, es el único factor que multiplica. Respecto a nuestro funcionamiento interno, yo soy una persona de despacho de puerta abierta, no la cierro en mi vida y delego mucho, en el Inorde somos como vasos comunicantes y cuando desbordas, desbordas por arriba por lo que cuando alguien se atasca, entra y solventamos los inconvenientes fuera de las reuniones de grupo, orientadas a un trabajo común.
Confiese algún proyecto inacabado..
Más que un proyecto, es una ambición para el sector primario, sobre todo en comarcas como A Limia con un potencial agrícola brutal , hay un problema de fondo que subyace y es que los agricultores no se consideran empresarios cuando muchos facturan más que algunos de ellos; se consideran “labregos” todavía. Hay un problema de mentalidad, pero también hay un individualismo tan grande, que no se agrupan, y al no hacerlo pierden competitividad. Piense en la patata por ejemplo que hay que sacarla en bolsa, y no a granel. Pero lo peor es que se está perdiendo también así el relevo generacional y es un problema enorme. Es en general un problema del rural.
¿Identifica los sectores de la provincia con potencial?
Los pilares fundamentales de la provincia de Ourense siguen siendo la agricultura, la ganadería y lo forestal donde hay que cerrar procesos. El problema es que estamos adaptados al medio y ese es un problema, lo que tenemos es que adaptar el medio para desarrollarlo. Esa es mi asignatura pendiente. Desde la trazabilidad del producto. Cuando siembro patata o castaña soy agricultura, hasta que la recojo; cuando la recojo soy industria y al final, no hay un paso que de continuidad desde la agricultura a la industria. Hay que crear empresas de envasado, crear agrupaciones, reducir costos...
¿Cuáles son las áreas estratégicas del Inorde?
En el Inorde trabajamos durante años el suelo empresarial, ayudando a implantar empresas, subvencionando el suelo para captarlas porque Xestur tenía el precio muy alto, y desde la Diputación y a través del Inorde lo financiábamos; y ahora acompañamos a emprendedores; no estamos inventándonos nada, estamos reorganizando la Diputación, nosotros somos Diputación, somos un brazo armado focalizado por la Diputación. Nuestra estrategia está alineada con la Unión Europea y delimitada por el plan 15-19 de la Diputación Provincial. Apoyamos la adaptación del sistema productivo de la provincia para alcanzar una mayor valor añadido, eso es la competitividad, acercar pymes, hacerlas más atractivas y cerrar ciclos y sectores, un trabajo de futuro continuo. Orientamos la actividad empresarial hacia la investigación, pero no de una forma lineal, la estrategia que nos marcamos es muy transversal. Y algo muy importante es que estamos trabajando en la eficiencia de los recursos naturales para ponerlos en valor.
Es lo que dicta Europa en este último periodo con horizonte 2020, porque hay que ser más eficientes con los recursos naturales, lo que no se valoriza se destruye rápidamente y al final o valorizamos o nos morimos. Ahora nos dice que nos fijemos en los recursos naturales, haber empezado antes! Se comenzó por el cemento y se acaba por la base. Nosotros trabajamos con mucha anticipación, antes de que salgan los reglamentos que regulan las ayudas provenientes de Europa, tratamos de conocer las prioridades, los ejes y que acciones que contiene cada uno con el fin de captar fondos. En la actualidad los ejes prioritarios son crecimiento inteligente, sostenible e integrador. En esa línea buscamos proyectos y los alineamos con las prioridades que tiene la Diputación en su plan director 15-19, que son la provincia inteligente, el plan termal -y hablo de turismo-, en competitividad, y con la agencia de energía y medio ambiente que empezamos a montarla ahora para negociar entre otros de forma conjunta, como provincia, el precio energético.
¿Es un mito eso del desequilibrio territorial o es una realidad?
Lo mismo que como lo que no se valoriza se destruye, no hubo voluntad de valorizar. Y No hubo voluntad porque no se hizo nada. Si, por ejemplo, arden los montes y al final queda ahí, sale maleza y tenemos monte bajo, esa es la realidad, nadie ha ido en contra de nosotros, pero tampoco a favor.
¿Qué retos le plantea el futuro?
Apuesto por la integración territorial, por la ganadería y la agricultura y por el forestal. Y por la innovación. Tenemos referentes, como Coren, por quien sabemos que las cosas se pueden hacer bien; y en la castaña, con Cuevas y con Marrón Glaçé, que han sabido incorporar muchísimo valor. Tenemos agua. Yo aspiro a que el Inorde, sea un organismo intermedio para la gestión de Fondos Europeos, para que sea capaz de captar dinero para nuevos proyectos, como hasta ahora, pero que entren directamente aquí. En piedra y pizarra hace falta innovación y nuevos usos que debemos desarrollar y hay que trabajar más en turismo cuyo futuro es la comercialización.
