ENTREVISTA

"Estamos apoyando a las empresas con avales para concursos en el extranjero ”

photo_camera Fernández defiende que "las pequeñas y medianas empresas son nuestro campo y es enorme”.

Margarita Fernández Antonio llegó a Sogarpo (Sociedad de Garantía Recíproca de Pontevedra y Ourense) en 1982 y fue nombrada directora en 1988. Cuenta con 26 socios protectores, desde la Xunta a entidades financieras, y socios partícipes, unas 6.800 pymes. 

¿Cómo han sido los últimos años para Sogarpo?
La crisis nos afectó negativamente como a cualquier segmento de la población y en el ámbito financiero desde luego. Hemos sufrido un incremento de morosidad, ya que en la medida en que se deterioró la situación de las empresas los préstamos no se pagaban con la misma regularidad que en momentos de bonanza, pero también un descenso en el volumen de avales formalizados,  por la propia situación de las empresas. Cuando analizamos una solicitud lo que vemos es la capacidad de devolución de la empresa de esa financiación que vamos a avalar y con una situación deteriorada tenemos que medir en circunstancias más adversas la concesión de nuestros avales. Sogarpo no presta dinero, lo que hacemos es avalar lo que las entidades de crédito prestan, así que en la medida en que el crédito está cerrado nosotros tenemos mucho menos que avalar. Así que hemos notado un bajón importante de actividad en estos años del que empezamos a recuperarnos ahora. Ha sido un bajón muy importante en nuestra actividad. Además, en Galicia esa situación del sistema financiero se agravó de forma muy especial por el tema de las cajas. Eso afectó mucho a las pequeñas y medianas empresas a la hora de acceder a financiación, porque estaban muy volcadas en las cajas, y nosotros también teníamos una relación muy estrecha porque eran socios protectores de Sogarpo. 
 

¿De cuánto ha sido el incremento de la morosidad?
En 2010 estábamos en el entorno del 3% y ahora estamos en el 12%. Es normal y además hay que tener en cuenta que nosotros trabajamos en el segmento más delicado que es el de las pymes, aquí no tenemos ni gran empresa ni administraciones. Nuestra mora es la más sensible a estas situaciones porque es la de la empresa pequeña y mediana.

¿Cómo  cerrará Sogarpo este año 2015?
La previsión que tenemos de crecimiento de los avales para este año se sitúa en el entorno del 50% con respecto al año pasado, en el que ya habíamos crecido por encima del veinte por ciento.  Así que estamos en la senda de la recuperación de los niveles de riesgo aunque aún muy lejos del nivel deseado, el que necesitamos para que se vea nuestra función. 

¿Cómo se concreta eso en volumen de avales en 2015?
Estamos hablando de una cifra de formalizaciones de 25 millones de euros. Por otra parte también hemos notado un decremento del 60% en los pagos que nosotros hacemos al banco por morosidad de nuestros acreditados y además se han venido incrementando las recuperaciones que nosotros recibimos por pago de morosidad. Pagamos y después hacemos gestiones que intentamos que sean de recuperación. 

Así que igual que Sogarpo es sensible a los primeros síntomas de crisis también lo es a las primeras señales de recuperación.
Claro. Nosotros somos sensibles al deterioro de la empresa y a la mejora de los estados contables de las empresas que le permiten atender sus compromisos con la financiación.

Muchas empresas han desaparecido con la crisis ¿qué ha supuesto para Sogarpo?
Una disminución importante de nuestra base de clientes potenciales. Hemos tenido también una reducción neta del 4% de nuestra base societaria, pero sobre todo lo que hemos visto es una reducción importante  de nuestros socios potenciales, por un lado por las empresas que han desaparecido y por el deterioro de la situación económico-financiera de las empresas, ese debilitamiento de su estructura que no nos ha permitido entrar en operaciones de empresas que en otras circunstancias hubieran sido muy deseadas por nosotros.

La falta de financiación bancaria provocó la reducción de los avales de Sogarpo.
Claro, porque nosotros no podemos actuar al margen de la banca. Es el dinero que presta la banca el nosotros podemos avalar. Hay otro ámbito en el que hemos trabajado muy bien y que ahí no necesitamos a las entidades financieras como avalistas, que es en los avales técnicos, para licitación y para concursos de obra pública. Pero con los recortes de la administración, necesarios para tratar de salir de la situación en la que estábamos, se redujo de forma muy significativa la obra pública, con lo cual un producto en el que somos muy competitivos y donde avalamos ante la administración con fianzas provisionales o definitivas para concursos públicos se ha visto también muy mermado. Es un campo que empezamos a recuperar ahora también con los avales internacionales. Desde Sogarpo, dentro de esa senda de crecimiento, estamos tratando de hacer hincapié en el apoyo a las empresas en la internacionalización, que necesitan avales para concursar en obras en el extranjero. Apoyados por fondos europeos y nacionales a través del reafianzamiento que Cersa (Compañía española de reafianzamiento) otorga a las sociedades de garantía recíproca. El riesgo asumido en avales a empresas para su internacionalización tiene una cobertura muy importante.

¿Qué ha cambiado para Sogarpo con la crisis?
Básicamente una situación de debilitamiento de nuestra estructura y del mercado. Pero también nos ha permitido buscar oportunidades. Las dos sociedades de garantía recíproca gallegas (Sogarpo y Afigal) que pasamos la crisis sin ningún tipo de apoyo, iniciamos en el año 2013 un plan de recapitalización para reforzar nuestros recursos propios y ahí ha sido importante el apoyo de la administración autonómica, que tradicionalmente ha venido apoyando al sector como un instrumento de promoción económica importante, pero también de las entidades financieras que son socios protectores de Sogarpo. Pero se nos ha abierto el camino a la entrada de nuevos socios protectores, entidades financieras, que no sólo tiene importancia porque participen en el capital social y eso signifique un incremento de nuestros recursos propios que nos va a permitir avalar, sino que también se abre un camino nuevo con un contacto mucho más estrecho con nuevas entidades con las que no veníamos trabajando.  Así que también nos ha servido como oportunidad para ampliar el abanico de socios protectores y nuestro  mercado.

Y ahora que se abre una nueva etapa del ciclo ¿cómo lo ve para Sogarpo y para las sociedades de garantía recíproca?
Hemos pasado los años peores pero ahora mismo en nuestro sector estamos en una situación complicada, los bancos tienen mucha liquidez, por tanto estamos en un escenario de tipos de interés muy bajos, y la exigencia de garantías por los bancos llama la atención, por lo tanto tenemos que saber combinar este nuevo escenario, que no va durar siempre. Aún así nosotros hemos crecido ya un 50%. En esta nueva etapa queremos ir más allá de nuestro apoyo tradicional a la empresa en cuanto a tipo de producto. Ya no sólo estamos trabajando avalando préstamos para inversión o la tradicional póliza de crédito. Estamos yendo mucho más allá negociando con los bancos una apertura a nuevas posibilidades con sus clientes. Es decir, las empresas que han llegado hasta hoy y que han hecho un esfuerzo importante para ello, pero también las nuevas empresas que se crean necesitan un abanico de productos amplio y unos límites de crédito  que es difícil que los consigan solos. Así que lo que estamos ofreciendo a los bancos compartir el riesgo. Le decimos al banco: este cliente al que lo has calificado con un riesgo de cien necesita doscientos, así que vamos a avalar nosotros los otros cien que la empresa necesita, vamos a compartir riesgo y con ello colaboramos en el proyecto de la empresa que ahora necesita crecer y consolidarse y sale de una situación de mucha debilidad. Creo que podemos dar un servicio muy mejorado a las pequeñas y medianas empresas.

¿Siguen siendo las sociedades de garantía recíproca las grandes desconocidas?
En gran media sí. Ahí siempre hay que hacer examen de conciencia y es probable que el sector no haya seguido la mejor política de comunicación, hay que ser autocríticos. En este sentido este año desde la Cesgar (Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca) se ha presentado un plan estratégico con un peso muy fuerte de la comunicación. Hace unos días tuvimos un acto en el Círculo de Empresarios de Galicia que tuvo que ver con esto. Y sobre todo un plan de comunicación conjunto como sector que hasta ahora no habíamos hecho para llegar a todos los rincones donde haya una pyme. Además contamos con un aliado fundamental y son las entidades de crédito, que han visto en estos años como de facto era el aval SGR el de más alta calidad que podían conseguir, un aval líquido, a primer requerimiento, sin discutir y con la recuperación líquida de las cantidades avaladas, sin necesidad de ejecutar garantías hipotecarias que después no se pueden realizar. 

¿Dónde ha tenido Sogarpo sus principales apoyos estos últimos años?
Si hablamos como  sector, tenemos que hablar del reafianzamiento desde Cersa que dio un paso adelante para acoger operaciones, el reaval ha sido muy importante para nosotros. Pero además esa figura del socio protector que contempla la ley como aportación de recursos a este instrumento de promoción económica. En el plan de recapitalización de las SGR gallegas ha sido muy importante la acogida por parte de las entidades de crédito y desde luego de la, eso quiere decir que se confía en el instrumento y que vale y ha servido en épocas de bonanza y de crisis. 

¿Queda mucho campo de acción?
Sí, claro. Las pymes son más de 90% de nuestro tejido empresarial y no se prevé que ese porcentaje disminuya, así que el campo para nosotros es enorme. Hay mucho recorrido hasta alcanzar una masa crítica importante en relación con ese desconocimiento del que hablábamos. Hay que hacer un esfuerzo de creatividad y de imaginación para evaluar nuevos productos que ofrecer a través del aval a las pymes. Innovar también es clave para las SGR.
 

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