CREANDO LA MARCA OURENSE

El turismo religioso: una potencia en la provincia, pero poco aprovechado

Ourense tiene un ingente patrimonio insuficientemente aprovechado, desperdiciando un recurso que mueve millones de euros cada año

Miles de personas se desplazan esta Semana Santa motivados por un motivo espiritual o religioso. Ourense tiene un ingente patrimonio insuficientemente aprovechado, desperdiciando un recurso que mueve millones de euros cada año. La Ribeira Sacra es una de las zonas donde este sector tendría más posibilidades, aprovechando las dotaciones que ya existen, generando una “industria” que dinamizaría un entorno de gran belleza, pero afectado por el drama de la despoblación.

La Organización Mundial del Turismo considera que el llamado turismo religioso o espiritual mueve anualmente a 300 millones de personas, de ellos entre 220 a 250 millones son de la religión católica, con una facturación anual de 13 billones de dólares. El documento de Perspectivas del Turismo para el 2020 (Plan de turismo 2020) apunta que el turismo espiritual es uno de los segmentos emergentes en España. Solo en Europa se calcula que unos 30 millones de cristianos, sobretodo católicos, dedican sus vacaciones a realizar un peregrinaje o a visitar lugares sagrados. 

Es un modelo de turismo que no solo aglutina al turismo tradicional religioso si no que también se aúna con el turismo cultural y cada vez más, con el turismo de salud, deporte y contacto con la naturaleza. 

En este mercado, Ourense puede mostrar todas sus virtudes,  ya que de una parte, dispone de un amplio repertorio de oferta de turismo religioso tradicional: las peregrinaciones, por ejemplo, han superado el mero acto religioso para convertirse en un motivo de fiestas populares. Por lo tanto, del turismo tradicional religioso, se ha derivado a un producto más de consumo turístico que está vinculado al significado cultural y espiritual de los lugares, y de actividades de ocio y gastronómicos del lugar. 
Este fenómeno de laicización de los actos religiosos, se convierte en un importante producto religioso para nuestro territorio, ya que permite poner al servicio del turismo los recursos patrimoniales de las religiones, tales como templos, iglesias o catedrales, así como sus rituales, tradiciones, festivales y eventos.  El conjunto, genera un factor de atractivo para los peregrinos “puros”, cuya motivación es solo de carácter religioso, y también de atracción para otras tipologías de visitantes que participan o no en actos de culto y celebraciones religiosas. Las visitas de estos últimos, pueden incluir visitas a otros lugares turísticos, tratándose de un viaje multifuncional. 

Ourense tiene una amplia oferta de espacios sagrados que además disponen de un valor cultural y social, generando espacios multifuncionales, donde es posible convivir desarrollando un amplio abanico de actividades de ocio, naturaleza y cultura. Un buen ejemplo es nuestra candidata a Patrimonio de la Humanidad, la Ribeira Sacra, y que se explica en la gran cantidad de monasterios y templos que se concentran en la zona. 

Es relevante la hotelería monacal, caso del Parador de San Estevo, o el monasterio de San Clodio, unido a las potencialidades de los demás monasterios, caso de San Paio, el de Melón, Monasterio de San Salvador de Celanova, etc. 

Mención aparte, tiene el Monasterio de Santa María La Real de Oseira, del orden del Císter, uno de los mayores de Galicia, que oferta hospedaje para compartir con los monjes su vida cotidiana, reflexión y silencio, una de las máximas expresiones del turismo espiritual. 

Otro buen ejemplo espiritual, es nuestra oferta de vínculo con la naturaleza, usando de nuevo el ejemplo de la Ribeira Sacra, donde otra de sus posibles traducciones de Rivoira Sacrata, es la de que Rivoira respondería “Roble” o “Robledal”, y por lo tanto nos acerca  a las tradiciones celtas entorno al roble, árbol al que tenían por sagrado y guardián del espíritu de la tribu, siendo los bosques de robles lugares de objeto de veneración. Reforzado por la teoría de que el topónimo de Montederramo como una probable alusión al muérdago recogido por los druidas, para reforzar la visión del origen de este topónimo antes como Robledal Sagrado. 

VÍA DE LA PLATA
Pero quizá, nuestra máxima expresión del turismo espiritual se encuentra en el Camino de Santiago, variante de la Plata, ejemplo claro del éxito del turismo espiritual en España. Es ya una marca de destino identificable a nivel nacional e internacional.  Esta vía tiene sus orígenes en el siglo IX cuando se descubre y se reconoce por parte de la monarquía y de la iglesia lo que se consideraron los restos del cuerpo del apóstol Santiago el Mayor. Este reconocimiento es el origen de un intenso proceso de peregrinación desde todos los rincones de Europa. 

Dos fechas importantes cabe destacar: la declaración de la ruta francesa como primer itinerario cultural europeo en 1984 y 1985, año en que la UNESCO reconoce a la ciudad de Santiago como patrimonio de la humanidad. A estos reconocimientos, junto con el del camino Francés, hay que añadir las visitas del papa Juan Pablo II. La de 1982, que incluyó un acto europeísta y la de 1989, realizada con motivo de las jornadas mundiales de la juventud. Todo ello catapultó el Camino al reconocimiento internacional y al despegue turístico que se produjo en 1993. 

A partir de ese momento el Camino de Santiago se convirtió en el producto emblemático. Hoy es claramente un producto turístico consolidado en sí mismo, en donde el paisaje, la cultura, las tradiciones, la gastronomía y las sensaciones, y vivencias a lo largo del camino, se unen al significado religioso. Además de motor de otros turismos, caso de congresos o de turismo de ciudad. 

UN TEMPLO BUDISTA EN SAN AMARO

Otra vertiente de interés para Ourense son los centros espirituales, donde Galicia representa el 19 % de la oferta de España, ocupando los primeros lugares. Un ejemplo es el templo Budista Chu Sup Tsang, uno de los mayores de Europa y se encuentra en aldea de Ventoselo (San Amaro). El marketing experiencial aplicado al turismo (o turismo de cuarta generación), es aquel que prioriza la vivencia del visitante, sus sensaciones (turismo de los sentidos), emociones, pero sobretodo, el hecho de partir del significado del viaje como experiencia biográfica relevante, y agente de desarrollo humano. Ante esta tendencia, Ourense se muestra en toda su expresión como un paraje que aúna cultura, tradición, naturaleza y espiritualidad de una forma única y todavía no masificada.

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