Cristina Castillo: “En África es el propio cuerpo el que vence al ébola"

Los Balcanes, Filipinas, Haití y recientemente Sierra Leona han sido algunos de los destinos de la técnico de Emergencias de Cruz Roja, Cristina Castillo, que ayer ofreció una charla en el Foro La Región sobre el ébola en el país africano. Fue presentada por el presidente de la entidad en Ourense, José Luis Santos, quien destacó su conferencia como "un acto importante para nosotros ya que mañana (hoy) es el Día Internacional del Voluntariado".

Cristina Castillo ofreció algunos datos para contextualizar la situación del país y evidenciar su situación de vulnerabilidad ante una epidemia como esta. Una esperanza de vida de 45 años y con el 75 por ciento de la población bajo el umbral de la pobreza deja claro que "llegó la epidemia y el país no estaba listo". Tras una autocrítica, "la respuesta de la comunidad internacional llegó tarde y la ayuda no termina de llegar cómo se necesita", Cristina Castillo incidió en los aspectos más humanos de la intervención de Cruz Roja en Sierra Leona. "No es una charla médica, sino enseñar cómo se vive el día a día allí". Insistió mucho en que "no sólo el personal médico es importante, tanto o más lo son los profesionales de la desinfección y el saneamiento, porque sin estos procesos la epidemia sería imparable".

Cristina Castillo explicó la dureza de la estigmatización, tanto de los enfermos como de sus familiares, en las comunidades en las que viven y de la necesidad de un apoyo psicosocial para todos ellos. Insistió también en la importancia de modificar hábitos culturales como los ritos funerarios. "Optamos por no incinerar, sino por enterrar a los fallecidos con unas medidas de seguridad rigurosas para que no fuera tan duro para la familia, aunque pocos acudían a las cercanías". Abordó el proceso de construcción del centro de tratamiento del ébola de Cruz Roja , de la dureza del trabajo, "el traje de protección es muy cansado, sólo se puede estar con él 45 minutos para minimizar los riesgos" y dejó claro que en África, "es el cuerpo el que vence la enfermedad, no hay tratamiento. Si hay algún fallo orgánico no podemos ayudar a que siga luchando, sólo acompañar a esos pacientes a que el último momento sea menos doloroso y pase pronto".