Darío Villanueva: "He recibido presiones de todo tipo para destruir el diccionario"

Darío Villanueva.
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El profesor emérito de Teoría de la Literatura y ex director de la Real Academia Española es el protagonista de una nueva edición del Foro La Región

Darío Villanueva (Villalba, 1950), el ex director de la Real Academia Española y profesor emérito de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, es el protagonista del Foro La Región de hoy, a las 20,30 horas en el centro cultural Marcos Valcárcel. “Censuras y mentiras posmodernas” es el título de la conferencia, en la que abordará asuntos que trata en su último libro “Morderse la lengua. Corrección política y posverdad” (editorial Espasa). El aforo, siguiendo las restricciones marcadas por la pandemia, es limitado, aunque el evento podrá seguirse por streamig a través de la web de La Región y en Telemiño. Emilio Pérez Nieto, presidente de honor del grupo Pérez Rumbao y presidente del Foro Económico de Galicia, presentará al ponente.

La posverdad es una mentira.

Es una mentira posmoderna. Hay una relación muy directa entre este tipo de mentira y las características de esta época que se caracteriza por una quiebra de la racionalidad. Desde hace casi un siglo hay un ataque contra esos principios del racionalismo ilustrado y una de las víctimas es la verdad. Las palabras son absolutamente descomprometidas. Siempre ha habido mentira, sobre todo en el terreno político, donde figuras como Trump son apóstoles de la posverdad.

¿Las redes sociales han tenido un gran peso para aniquilar la verdad?

No cabe duda. Trump ha utilizado las redes. Antes la información tenía un sentido vertical y calaba en la gente, ahora se está reemplazando por un sistema horizontal donde la transmisión suelen ser bulos y patrañas. Las fake news, que son bulos y patrañas, tienen mucho más éxito que la verdad.¡

¿Cuál es el bulo más destacado que nos han colado en tiempos recientes?

La guerra de Irak es un momento muy importante, las armas de destrucción masiva fueron el gran bulo. El caso de Trump, que ha soltado 30.000 mentiras por las redes, el asalto al Capitolio es el resultado de una repetición de una mentira. Algo que ya había hecho el ministro de propaganda de Hitler. También ha habido un ejercicio sistemático y exitoso de la posverdad con el Brexit.

¿Qué ganan los apóstoles de la posverdad?

En la dimensión política, la pretensión es rentabilizar esos bulos a favor de la posición que uno defiende. Los apóstoles de la posverdad saben identificar bien ese caldo de cultivo emocional en los prejuicios de la gente. Les dicen lo que quieren escuchar.

Hablará  de censura, ¿es curioso que hoy tenga tanto peso esta palabra?

Claro. Igual que la posverdad es la mentira posmoderna, la censura es posmoderna. Ahora con la corrección política es una censura que nace de fuentes muy diversas e incluso difusas, que tienen que ver con la sociedad civil.

¿Cómo afecta lo políticamente correcto al diccionario? Habrá recibido presiones en más de una ocasión…

Sin duda alguna. En mi trayectoria en la Real Academia he recibido presiones de todo tipo, en la línea de destruir el diccionario, quitarle las palabras que alguien considera políticamente incorrectas. Es una solemne equivocación. Las realidades son las que crean las palabras. Las palabras sirven para expresarnos de manera correcta, pero también para insultar y ser canallas. Tuve que luchar mucho contra esto, ha habido presiones de todo tipo y es un proceso que nunca termina. No hay frontera.

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