El turno de preguntas se centró en la conexión de la universidad con el tejido empresarial, así como las habilidades demandadas por las compañías y la necesidad de emprendedores en el mercado.
Al ser preguntado sobre la importancia del equilibrio entre teoría y práctica en el periodo universitario, Escotet se confesó un “enamorado” de que “cualquier titulación combine ambas cosas”. Así, apostó por “hacer prácticas en empresas desde el primer año. Porque nos estamos encontrando con estudiantes que salen de sus carreras y no saben trabajar”.
Escotet también se refirió a las Humanidades como “las olvidadas, a pesar de que son transversales y veneran ese sentido de lo que es la integridad. Deberían estudiarse en todas las carreras”. Otro debate similar, el de la brecha entre estudios científicos y sociales, centró parte del turno de preguntas. “La formación no empieza en la universidad. Soy un firme defensor de que la FP tiene que estar vinculada a la universidad, por ejemplo”.
El presidente de Afundación, que hace apenas unos días fue nombrado rector de la Universidad Intercontinental de la Empresa (UIE), se pronunció sobre el futuro de este proyecto pionero en Galicia. Ante la posibilidad de que Ourense sume a esta oferta, señaló que “la educación no es dueña de nadie y todas las universidades pueden aportar. No creo en campus de primera y de segunda”. Sobre la UIE apuntó el reto de que “la universidad de Galicia se abra hacia el mundo, no solo hacia España. Pero que sea pequeña. No buscamos grandes números, sino grandes conquistas y de calidad”.
Sobre el concepto de universidad privada y pública, Escotet señaló que “nunca he hecho diferencia entre las dos, lo que tenemos que ver es la calidad”.
La dificultad de cubrir determinados puestos de trabajo en nuestro país protagonizó parte de las conclusiones del debate. “¿Qué hemos hecho mal en la sociedad para que haya problemas para conseguir determinados perfiles profesionales?”, preguntó un asistente. Escotet, que confesó que la respuesta sería “dura”, apuntó a que “nuestro país tiene un gran problema estructural porque es un país de funcionarios. Que un chico joven recién salido de la universidad, su ilusión sea ser funcionario, puede ser algo que quita parte del emprendimiento. Somos una sociedad que genera poco emprendimiento porque es demasiado el número de personas que están trabajando como funcionarios”.
El ponente dedicó una clave final para los jóvenes. “Tenemos que ayudarles a que tengan esperanza, si estudian motivados, se reduciría bastante el problema del empleo. Hay que darles alas a los jóvenes, ilusionar para contribuir a cambiar el esquema de la sociedad”
