Francesc Boya: "Requerirá tiempo, pero, sin duda, la descentralización llegará a Ourense"

Francesc Boya, secretario general del Reto Demográfico del Gobierno, llega el próximo lunes 29 al Foro La Región con la ponencia “Nuevas oportunidades ante el reto demográfico”. La visita coincide prácticamente con la llegada del AVE a Galicia tras dos décadas de promesas, una vía de comunicación que podría ser una de esas “bazas” a favor del Ourense despoblado. La cita con Boya es a las 20,30 horas en la sala de conferencias de Afundación, con entrada libre hasta completar aforo. Hay opción de inscripción previa en foro.laregion.es o escaneando el código QR publicado en el periódico. La conferencia podrá seguirse a través de la web de La Región. Viene a Ourense, que junto a Zamora es la provincia más envejecida . El reto demográfico está en el debate mediático desde hace años. ¿Los fondos europeos irán en la línea de revertir la despoblación? Queremos aprovechar los fondos para revertir esta situación, especialmente atacando los problemas que tienen que ver con elementos claves de la funcionalidad de los territorios. La fibra y la conectividad digital es un elemento clave y los fondos nos permitirán conectar, con esos 250 millones de euros de inversión, al 95% de los ciudadanos en 2022. Es la primera vez que desde la Administración General del Estado se convocan ayudas para municipios de menos de 5.000 habitantes y es una importante inyección, que además los ayuntamientos están metabolizando muy bien; los índices que tenemos de solicitudes son alto y ya hemos tenido que ampliarlos. ¿Hay algo positivo en el envejecimiento de Ourense? ¿Tenemos la oportunidad de servir de laboratorio, de espejo de lo que será Europa? Oportunidades siempre hay. Venimos de una pandemia que ha puesto en jaque la salud y estamos ejecutando unos planes de recuperación del país para adaptarlo a los nuevos retos que nos plantea un modelo de economía más sostenible, más resiliente, que permita afrontar estos retos. El ámbito de la economía de los cuidados tiene una inversión de más de 300 millones, pero además está la “silver economy”, vinculada a las personas mayores, que tiene una proyección muy importante. Está sobre la mesa la fiscalidad diferenciada, una discriminación positiva para provincias afectadas por la despoblación. ¿Es algo que se contempla? Este tema está encima de la mesa porque tenemos una directriz de la Unión Europea que nos dice que el Estado puede aplicar en este momento algunos criterios de apoyo al gasto de funcionamiento de empresas y, de alguna manera, esto se circunscribe a territorios que tengan menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. El Gobierno se ha comprometido en el presupuesto. Hay voluntad política de explorar la herramienta fiscal como una herramienta más de apoyo a los territorios despoblados, pero no puede ser la única. Hay que hacer más cosas, que nos permitan dar respuesta también con la mejora de servicios y que tengamos una política de cohesión territorial que responda a los retos de cada territorio y complemente el trabajo de las administraciones locales y autonómicas. En Galicia se reunieron ocho comunidades autónomas que reclaman que a la hora de la financiación autonómica se tenga en cuenta la despoblación. ¿Garantiza que se va a tener en cuenta? Creo que todos los debates son oportunos. Este debate se debe mantener en el Consejo Fiscal y Financiero, donde se reúnen las comunidades autónomas. Hay elementos mejorables y hay compromiso del Gobierno de abordar este debate, pero tiene complejidades que se escapan a la cuestión del reto demográfico. Estando de acuerdo en que hay que mejorar la financiación desde el punto de vista de la prestación de los servicios, tenemos que revisar también la financiación de las entidades locales y necesitamos abordar el tema de la fiscalidad. Otro debate es la descentralización de ciertas instituciones estatales. Lo vemos con el centro de procesamiento de datos, los centros de Renfe… ¿Es otro compromiso a seguir? Absolutamente. Es una nueva concepción. Hasta ahora, ha sido un Estado radial. Ahora planteamos nuevas polaridades en territorios donde hemos visto que no ha habido presencia de servicios que está prestando el Estado. Se había hecho de una forma limitada. Nos parece una estrategia muy positiva porque reconocemos también el conjunto del territorio y, al mismo tiempo, vamos a generar nuevas polaridades de dinamización territorial. El centro de servidores de la Seguridad Social va a generar más de 60 empleos en Soria, habrá un centro de estudios penitenciarios en Cuenca y los centros de digitalización de Renfe van a diferentes territorios. Poco a poco, este mapa de servicios descentralizados va a ir creciendo y vamos a ver cómo ese mapa nos permite tener un Estado más descentrado. ¿Llegará a Ourense la descentralización? Claro. Esto tiene que llegar a todas partes. Las políticas de despoblación requieren un cierto tiempo, pero sin duda alguna llegarán. La idea es que el conjunto de las provincias vayan recibiendo elementos de este tipo, dinamizadores, positivos. ¿Cómo espera que sea España en cinco años? ¿Qué objetivo se marca en el cargo? Que la España interior, de aquí a cinco años, sea la España de las oportunidades. En eso estoy poniendo mi empeño. En que esta situación compleja que tenemos, que ha sido posiblemente fruto de la falta de atención, seamos capaces de darle la vuelta y que estos territorios que se sienten olvidados, pasen a ser territorios donde nuestros jóvenes encuentren oportunidades de futuro. ¿No llegamos tarde? ¿Hay tiempo de revertirlo? Hay tiempo, pero si esperamos será tarde. Hay que hacerlo ahora. Por eso el Gobierno trabaja sin pesimismo, tratando de ser más eficaces. Acaba de llegar el AVE a Galicia, por Ourense. ¿Puede sacarse provecho? La mejora de las comunicaciones siempre es una oportunidad, pero no es una condición que por sí misma cambie la realidad de la despoblación. En ocasiones, las autopistas sirven para llegar, pero también para marcharse a vivir en la ciudad más próxima y seguir trabajando en el pueblo. Necesitamos proyectos locales, generar atractivo territorial para que la gente genere arraigo y esas familias se queden a vivir en estos territorios por la calidad de vida.