Jesús Núñez: “No hay conflictos olvidados, otra cosa es que nos interese resolverlos”

”Vivimos en un marco internacional altamente inquietante que presenta una treintena de conflictos violentos”, explicó este jueves en el Foro La Región Jesús Núñez, experto en relaciones internacionales. El encargado de presentar al protagonista fue Luis Velasco, profesor de la UVigo y coordinador del Máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales de la USC y el IEEE. En su intervención, Velasco aseguró que “estamos a la espera de que estallen nuevos conflictos, está por ejemplo la posibilidad de que estalle una batalla en el mar de China Meridional”. En este sentido, afirmó que “la guerra es una realidad cosustancial a las relaciones internacionales, pero también a la propia existencia de los Estados y de comunidades humanas”. En su ponencia titulada “Guerras de hoy: ¿Un estigma irremediable?”, Núñez comenzó explicando que hay quien considera que las guerras son apenas un paréntesis entre diferentes períodos de paz y otros que piensan que la paz es un episodio temporal entre un estado de guerra permanente. “Vivimos en un mundo en el que nos enteramos en tiempo real de lo que ocurre en cualquier rincón del planeta por lo que no hay ningún conflicto olvidado, otra cosa es que tengamos interés o no en resolverlo”, aseguró. Puso como ejemplo la situación que viven Etiopía y Sudán que, según indicó, tienen conflictos mayores que el de Ucrania, pero la diferencia es que “en un caso sentimos que nuestros intereses están en juego y en los otros creemos estar a salvo de lo que ocurre”. Núñez señaló que al año mueren en el mundo alrededor de 65 millones de personas, de las cuales hay 1,6 millones que mueren de forma violenta. De ellas, la mitad es a causa de suicidios, un 30% restante serían muertos en homicidios y asesinatos y un 20% en guerras. En este sentido, indicó que “la guerra hoy no es la fuente de muerte violenta mayoritaria en el planeta y, a partir de ahí, cada uno puede considerar que esto es llevadero o pensar que es insoportable”. Amenazas Núñez indicó que existen tres amenazas que afectan a la existencia del ser humano: la proliferación de armas de destrucción masiva, la emergencia climática y la disrupción tecnológica. Respecto a esta última, señala que la comunidad internacional “no ha llegado al punto de establecer un compromiso sobre qué hacer con este hecho que ya está aquí”. Respecto a las amenazas, Núñez afirmó que hay que sacar dos conclusiones. La primera es que no hay ningún Estado en el planeta que en solitario tenga la más mínima posibilidad de hacer frente con ciertas garantías de éxito a ninguna de ellas. En segundo lugar, que no hay ninguna amenaza de naturaleza militar, sino de naturaleza social, política y económica. “El instrumento militar no está equipado para resolver problemas que son de naturaleza social, política o económica”, explicó. En este sentido, puso como ejemplo la respuesta militarista en el Sahel africano, ante la que considera que “no podemos esperar milagros”. Por ello, consideró que las respuestas deben ser multilaterales, sumando fuerzas entre muchos, y multidimensional, utilizando instrumentos de todo tipo. “Para el que tiene un martillo en la mano solo ve puntas que clavar, aunque la herramienta sea inadecuada para según qué cosas”, manifestó. En cuanto a la ONU, indicó que “está resultando disfuncional porque es un organismo que ha llegado a un nivel de desajuste que no solo no resuelve los problemas que sufrimos hoy, sino que es causante de ellos”. En este sentido, señaló el derecho de veto que tienen en el organismo EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia, una facultad que considera “antidemocrática”, aunque ve muy difícil eliminarlo porque ninguno de estos países va a querer renunciar a este privilegio. Desigualdades Núñez aseguró que el factor belígero más potente es la desigualdad entre personas que comparten un mismo territorio. “No hay las mismas probabilidades de que estalle un conflicto si todos los que estamos en esta sala vivimos con 1,9 dólares al día a que haya tres de nosotros que tengan un millón de dólares y los demás tengamos 1,9. Esa brecha de desigualdad es el elemento que con mayor probabilidad lleva al estallido de la violencia”, explicó.