Rafael Dávila Álvarez (Madrid, 1947) militar retirado, general de división, disertó en una nueva edición del Foro La Región sobre “El nuevo arte de la guerra”, título de su último libro, para intentar explicar su visión de los conflictos bélicos y su evolución histórica, centrándose especialmente en España y tanto en su trayectoria como en la de su padre y abuelo, miembros también del Ejército español.
“La guerra ha sido compañera de nuestra especie siempre, desde el 3600 antes de Cristo ha habido 14.351 guerras, no habiendo disfrutado de más de 292 años de paz, pero en las guerras no gana nadie y espero que algún día el mundo lo entienda”, destacó durante su intervención. Matizó Dávila, no obstante, el punto de inflexión que supuso el bombardeo atómico de Hiroshima ordenado por Estados Unidos.
“Dejó de ser un arte la guerra cuando las moscas bebían sangre, que fue en Hiroshima, eso fue el fin del arte de la guerra. Ahora no hay nada más que poder y dominio, que no se consigue solo con los tanques y misiles, también en las redes, como la guerra cibernética”, apuntó el exmilitar, hablando también de que el “factor nuclear” es clave en la situación geopolítica actual.
“La guerra es muy dura y el factor nuclear prima ahora sobre todo. Nunca Putin hubiese atacado a Ucrania si no existiese la bomba atómica, hubiese sido barrido. Pero la amenaza nuclear nos hace estar como estamos y no sabemos lo que nos espera”, destacó el pontente, explicando que “en España también tuvimos ese poder pero lo echó atrás la presión de Kissinger”.
La evolución de los conflictos bélicos fue abordada también desde la importancia que las nuevas tecnologías han cobrado en la actualidad. “No hay mejor victoria que vencer sin combatir, y esto se está haciendo. la guerra la hacemos todos, la guerra del relato, la guerra no es hoy de los soldados, generales, que son hoy tecnócratas bien adiestrados porque detrás está la ciencia y la técnica”, afirmó.
Historia de España
El ponente se refirió a uno de los debates de actualidad, el que suscita la nueva Ley de Memoria Democrática a raíz de la Guerra Civil española. “Está claro que una guerra es muy dura para todos, pero forma parte de la historia de España y debe tratarse de manera científica y no visceral, no echarnos los muertos unos a otros, sino abrazarse y tirar hacia delante”, opinó Rafael Dávila, que ha tratado de “contar la verdad” en sus obras literarias, algo para lo que pudo acceder a la documentación de su abuelo, Fidel Dávila Arrondo, jefe del Ejército de Franco, “en la que me encuentro con verdades desconocidas”.
Añadió, por ejemplo, que el dictador, tras la Guerra Civil, “empezó otra con sus generales, como Queipo de Llano o Varela, y todo por su nombramiento como Jefe del Estado, que nunca se nombró en junta, sino que fue un error de imprenta”.
También desveló, entre otras cuestiones, que Franco echaba broncas a sus militares durante la Batalla del Ebro “porque llegaban tarde” o que “se montó un GAL, algo que no sabe nadie”. “¿Por qué no se puede saber la verdad?”, se preguntó Dávila. “La verdad nunca hace daño, pero a mí me han llamado de todo por hacerlo y publicarlo”, agregó el militar retirado.
Crítica
Rafael Dávila también lamentó que hasta ahora, cuando la guerra en Europa ha puesto todo patas arriba, los distintos gobiernos estatales no hayan tenido como prioridad la inversión en materia de Defensa.
“Cuando suenan los cañones, decimos que hay que subir el presupuesto de repente. ¿Pero por qué no se puede hacer una ley de defensa nacional, que no es de un partido u otro, sino de todos?”
También defendió Dávila, entre otras cosas, que el Ejército “no debe ser una ONG con pistolas, sino que uno serio está para hacer la guerra, ya que evitan muchas más guerras de las que han provocado, pone orden donde no hay, ya que se rige por unas leyes”.
Sobre las razones que le llevaron a ser militar, está la de pensar que “los que mandan y dirigen deben guardar siempre la calma y no regirse por impulsos”.
Nadie puede hacer nada que no respalde la gente
En el turno de preguntas, Dávila relató cómo vivió el intento de golpe de Estado del 23-F. El militar retirado lo tildó de “una auténtica chapuza y de algo que nunca se debería hacer”. En este sentido, recordó la importancia del precepto de que “la soberanía reside en el pueblo español y que nadie puede hacer nada que no sea respaldado por la gente, representada en las Cortes”.
Quiso puntualizar, además, que “cuando se dice que el Rey es el jefe de las Fuerzas Armadas lo es, pero no lo es, ya que es una figura simbólica”.
