Los andamios serán retirados en verano y para Benedicto XVI

Los andamios ante la fachada de la catedral. (Foto: ARCHIVO)
La obra policromada del Mestre Mateo, emblema de la catedral compostelana, estaba en sus orígenes descubierta y permitía a los peregrinos del medievo contemplar el conjunto escultórico en toda su amplitud. La decisión, en el siglo XVI, de cerrar el Pórtico de la Gloria con la fachada del Obradoiro impide desde entonces tener esa visión desde la plaza.
“La simbología del Pórtico comienza con la destrucción de una fachada anterior situada en el mismo lugar que el actual Pórtico de la Gloria, en la que se retrataba la historia humana de Cristo”, explica Félix Cobo, autor del libro Pórtico de la Gloria: Misterio y sentido y comisario de una exposición que lleva el mismo título. “El conjunto se destruye para esculpir en la piedra la historia de un Rey Resucitado que vence la muerte. La simbología del Pórtico es comparable con el sacrificio que hace el peregrino durante la travesía: los monstruos tallados en la base del conjunto escultórico representan las dificultades del hombre para conseguir la felicidad y no poder alcanzarla”.

Esa felicidad inalcanzable cobra una nueva dimensión con las obras de restauración financiadas por la Fundación Barrié. La meta para muchos peregrinos es darle un abrazo al Apóstol, bajar al sepulcro y contemplar la obra del Mestre Mateo. Esa felicidad es inalcanzable en estos momentos, pero será posible después de verano cuando se retire parcialmente el andamiaje con motivo de la visita de Benedicto XVI.

La estructura, que actualmente cubre la mayor parte del conjunto escultórico y sólo deja a la vista los pilares, comenzará a retirarse en julio, “con la previsión de que una parte del Pórtico gane la mayor visibilidad posible”. Una parte de la estructura metálica se mantendrá para poder completar la fase de estudios previos y los complejos análisis de monitorización después de que la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia accediese a desbloquear las pruebas diagnósticas pendientes para evaluar el estado de conservación del conjunto escultórico.

La resolución de Patrimonio permitirá terminar los estudios previos antes del verano y proceder a la retirada del andamiaje que, según la Fundación Barrié de la Maza, costará unos 15.000 euros. El Arzobispado de Santiago había estimado inicialmente el coste del desmontaje en un millón de euros, pero la fundación lo ha rebajado aportando cifras. “El gasto del andamiaje asciende a 80.000 euros y su retirada rondará los 15.000”.

Será un desmontaje parcial, “sólo de la zona central del Pórtico”, que comenzará en el mes de julio para que en la festividad de Santiago, uno de los días de mayor afluencia, ya pueda ser contemplado por feligreses, peregrinos y turistas.

En agosto y septiembre podría volver a montarse parcialmente, “dependiendo de las necesidades de los técnicos que trabajan en la fase previa a la restauración”, y volverá a retirarse en las semanas previas a la visita del Papa, para que el 6 de noviembre esté despejada de metal la entrada del Obradoiro.

El arzobispo de Santiago celebra que la retirada de los andamios cuente con el parecer del comité científico que gestiona las obras, cuyos miembros garantizan que no habrá retrasos significativos en la restauración. “Será una retirada progresiva de la estructura y el proceso de restauración seguirá siendo en los plazos ya fijados y limitados”, explica monseñor Julián Barrio. “Puede que durante la visita del Papa queden algunos restos del andamio, pero serán insignificantes y el Pórtico estará visible para Benedicto XVI y todos los que vengan a Santiago el 6 de noviembre”.

Grietas y humedad retrasarán el fin de obra hasta 2012
Los trabajos de desmontaje implicarán grandes retrasos en los trabajos de monitorización iniciados en julio del año pasado con la toma de muestras de humedad y polvo, según el director de Patrimonio Cultural, José Manuel Rey Pichel.

El equipo liderado por Concha Cirujano analiza el estado de las romías y toma fotografías que se compararán con las realizadas en 1919, 1959 y 1992. Con el objetivo de evaluar la situación del monumento, los 21 sensores instalados registran parámetros que permiten conocer cómo afectan al conjunto escultórico diferentes factores: humedad relativa, temperatura del aire, colonización biológica de la piedra, estabilidad del conjunto, acumulación de polvo y alteración por las visitas.
Los trabajos de monitorización se prolongarán hasta el próximo verano, pero los técnicos ya han alertado de algunos problemas detectados: grietas en el arco lateral derecho y humedades en los arcos y en la cripta por filtraciones de la cubierta y la condensación.

Los tiempos de conclusión, según Rey Pichel, vendrán marcados por la evolución de la monitorización “que durará como mínimo un año para poder medir el ciclo completo del comportamiento del conjunto a lo largo de las cuatro estaciones”. Finalizada esta fase, la intervención definitiva se prolongará dos años y los trabajos de restauración no estarán finalizados antes del año 2012.

Los técnicos que trabajan en el andamio son cautos y prefieren no fijar plazos, pero advierten que la humedad es uno de los principales daños. El origen de este estrago está en una grieta de la torre del campanario, que filtra el agua hasta el Pórtico de la Gloria y daña la policromía.

Antes de reparar la fisura y restaurar el conjunto escultórico, los técnicos retirarán el polvo inconsistente que se acumula en diferentes partes del monumento y que, con la humedad, se ha compactado.

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