NATURALEZA

Avispas asiáticas y hormigas argentinas, las vecinas no deseadas

Vespa crabro.
photo_camera La avispa asiática lleva dos años en Galicia y este verano se nota más su presencia en las comidas campestres. Es carnívora y su principal alimento es la abeja autóctona, suponiendo una amenaza para el sector apícola

Illas Atlánticas, Vigo, Val Miñor y Tomiño vigilan la comunidades de estos insectos invasores que se adaptan con rapidez a este hábitat

La presencia de especies invasoras de otros continentes comienza a ser un problema para los ecosistemas gallegos. Desde las administraciones empiezan a tomar medidas ante una preocupación que cada vez resulta más alarmante. Es el caso de la avispa asiática y de la hormiga argentina, unas variedades más agresivas que sus familiares europeas que se imponen a éstas poniéndolas en peligro.

Este verano resulta difícil celebrar una comida de campo en la comarca viguesa ante la presencia de estas avispas de mayor tamaño. Bomberos y técnicos municipales son requeridos frecuentemente para la retirada de sus avisperos, grandes colmenas de papel que cuelgan de los árboles. Hace apenas unos días, Gondomar activaba sus operativos para descolgar uno de estos nidos. Es una especie carnívora con una rápida propagación que se alimenta de abejas autóctonas para alimentar sus crías. Roen la fruta con agujeros similares a los picotazos de los pájaros y producen picaduras a las personas. Ante la amenaza directa al sector apícola gallego, el Concello de Tomiño convocó una reunión el próximo viernes, a las 19 horas, para estudiar la mejor forma de eliminarlas.

La otra recién llegada sin invitación y tampoco deseada es la hormiga argentina. De menor tamaño, lo significativo de esta especie es su capacidad de cambiar el hábitat en el que vive a través de la actuación en grupo. Forma cuadrillas para atacar tanto a las hormigas autóctonas como a otros animales. Se expanden por la costa gallega, la andaluza y la catalana. Desde el parque nacional de Doñana han puesto en marcha un estudio en el que participa Illas Atlánticas y el Concello de Vigo para determinar la presencia de esta especie americana en las islas de entornos afectados, en este caso Cíes. Así, miembros del equipo del voluntariado medioambiental llevan todo el verano buscando ejemplares.

El mar vuelve a ser la principal puerta de entrada de estas invasiones.

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