El barrio compostelano de Angrois celebró ayer la inauguración de un nuevo cruceiro en el campo de la fiesta de esta parroquia, como símbolo de solidaridad y entrega de los vecinos que ayudaron a las víctimas del accidente ferroviario del pasado 24 de julio. Un centenar de personas asistió al acto, presidido por el alcalde de Santiago, Angel Currás, y al que acudieron miembros de la corporación municipal, organizado frente a la curva donde ocurrió el siniestro.
El cruceiro, de granito silvestre tostado con un acabado rudo y envejecido, está compuesto por una base maciza de 200x200 centímetros, un segundo escalón de 130x130 centímetros, una base tallada con nombre y fecha, y sobre ella un capitel moldeado para terminar con una cruz de ánimas típica de los cruceiros de la zona. La altura total es de 450 centímetros y todas sus piezas van encajadas unas sobre otras, como antiguamente, con un peso total de 3.750 kilos.
En la base, el regidor introdujo una cápsula del tiempo, un cilindro en el que se guardan las portadas de los periódicos del día del accidente ferroviario, así como las fotografías de la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad a los vecinos de Angrois, cubierto por una tapa de piedra en la que se grabó la cruz de Santiago.
La asociación vecinal decidió el emplazamiento del cruceiro, así como su diseño, en el campo de la fiesta, y las piedras del camino que transcurre entre el cruceiro y la pérgola situada a unos metros pertenecían a la base del palco destruido en el accidente.
'Con esta inauguración del cruceiro de Angrois damos cumplimiento a la solicitud de los vecinos, y de alguna manera es un símbolo que expresa el agradecimiento' por su trabajo y entrega en el accidente, en el que perdieron la vida 179 personas, dijo el regidor compostelano.
El cruceiro, emplazado al pie del Camino portugués a Compostela, está construido con piedra del Barbanza, de Porto do Son, precisaba el alcalde, y 'a partir de ahora, de alguna manera, va a recordar aquel trágico accidente'.
En la base, el regidor introdujo una cápsula del tiempo, un cilindro en el que se guardan las portadas de los periódicos del día del accidente ferroviario, así como las fotografías de la entrega de la Medalla de Oro de la ciudad a los vecinos de Angrois, cubierto por una tapa de piedra en la que se grabó la cruz de Santiago.
La asociación vecinal decidió el emplazamiento del cruceiro, así como su diseño, en el campo de la fiesta, y las piedras del camino que transcurre entre el cruceiro y la pérgola situada a unos metros pertenecían a la base del palco destruido en el accidente.
'Con esta inauguración del cruceiro de Angrois damos cumplimiento a la solicitud de los vecinos, y de alguna manera es un símbolo que expresa el agradecimiento' por su trabajo y entrega en el accidente, en el que perdieron la vida 179 personas, dijo el regidor compostelano.
El cruceiro, emplazado al pie del Camino portugués a Compostela, está construido con piedra del Barbanza, de Porto do Son, precisaba el alcalde, y 'a partir de ahora, de alguna manera, va a recordar aquel trágico accidente'.
