Galicia vivió la Nochebuena con repunte en los parámetros que más preocupan, los contagios diarios y la presión asistencial en UCI, y con la resignación de tener que retrasar un día la vacunación masiva. Hoy, día de Navidad, está previsto que la Xunta no actualice los datos sobre la evolución de la pandemia.
Este domingo, ha anticipado el presidente Alberto Núñez Feijóo, podrán aplicarse en la comunidad 500 dosis, las cuales se suministrarán en una residencia sociosanitaria de la capital gallega todavía por determinar, y el lunes otras 18.000, pero estas no se podrán utilizar ese día por el proceso de descongelado de los propios viales, imprescindible antes de su administración.
Así las cosas, será el martes cuando se pueda extender el plan previsto, de manera que llegue a la totalidad de las áreas sanitarias.
El conselleiro del ramo sanitario, Julio García Comesaña, no conforme con la información conocida tras la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que obliga a demorar esa vacunación simultánea, ha hecho especial hincapié a la prensa en la importancia de la "cadencia", que ya deberá ser "sostenida".
Según los datos actualizados por el servicio gallego de salud a las seis de la tarde del día 23, son 451 las nuevas infecciones, 109 más que en el anterior recuento, y, si bien desciende el número de enfermos en camas de hospitalización convencionales (ahora 286, 7 menos), hay un ligero incremento de pacientes afectados por la covid-19 en cuidados intensivos (51, 3 más).
La movilidad interior para visitar a parientes sigue vigente, independientemente de los cierres perimetrales en vigor, y así será hasta hoy, día de Navidadm a las once de la noche. Con todo, si bien esta "ventana" existe, García Comesaña recomienda que las comidas y cenas se circunscriban a los miembros habituales de cada hogar. "Aunque podáis, no vayáis", ha remarcado.
No en vano, las autoridades autonómicas contienen la respiración ante los eventuales efectos de estas festividades y confían en que el antígeno permita "modular" este grave problema de salud pública en el período de tiempo más breve posible.
"Es un desafío colectivo", ha expuesto el subdirector general de Gestión Asistencial e Innovación, Alfonso Alonso Fachado, en una jornada formativa abierta organizada por la Axencia de Coñecemento en Saúde (ACIS).
El jefe de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y uno de los mayores expertos españoles en vacunación, Federico Martinón, ha contado en este foro celebrado en Compostela que la vacuna que llegará a España por tener, "no tiene fácil ni el nombre", pero es "una vacuna más en términos de seguridad y eficacia".
Si en el plazo de un año el escenario ha cambiado, de secuenciar el virus a tener un antídoto, esto no implica que se haya saltado "ningún paso", ha subrayado Martinón, pues, entre otros factores, ha ocurrido que los plazos burocráticos de "meses de respuesta" se han reducido "a horas".
"Debemos transmitir tranquilidad", ha manifestado, para a continuación afirmar que "esto no acaba aquí" y que la farmacovigilancia que se hace es "estricta". "Son muchos ojos", ha resumido.
Irene Rivero, que trabaja en ese mismo centro médico en la unidad de investigación de vacunas, ha pedido a su vez no caer en "asociaciones falsas" dado que "un evento puede ocurrir coincidiendo con la inmunización y en ocasiones atribuirse falsamente a la vacuna".
Óscar Estraviz, subdirector de procesos asistenciales de enfermería del 061, ha indicado que las reacciones serán normalmente "banales, leves, locales", pues efectos adversos potencialmente graves se antojan como "muy, muy infrecuentes".
En todo caso, como ha ratificado también Mónica Fernández Grandal, médico coordinadora, el 061 dará soporte telefónico continuo ante cualquier situación clínica grave, así como indicaciones, por su función de asesoramiento, y atención in situ.
DESAFÍO LOGÍSTICO
La directora general de Salud Pública de la Xunta, Carmen Durán, se ha detenido más en la logística en sí y ha presentado el actual como el reto "más importante" desde el punto de vista organizativo.
Habrá, ha dicho, un único punto de recepción y almacenamiento y diariamente se organizará una distribución capilar en furgonetas provistas de cajas isotérmicas, cada una con un dispositivo para medir la temperatura en todo momento.
Los envíos dispondrán, por tanto, de monitorización de temperatura, tiempo y trazabilidad.
Después, llegará la logística inversa. El mismo servicio de transporte ligero irá punto por punto a recoger los contenedores con el fungible utilizado y aquello que haya sobrado, los excedentes, "por ejemplo si uno está enfermo" y no se haya podido vacunar. "Siempre preservando la cadena de frío", ha garantizado Durán.
El equipo de vacunación deberá recibir, comprobar las dosis, preparar, colocar, registrar y hacer seguimiento, en definitiva, "chequear" de principio a fin.
Trabajarán con listas cerradas -asignación nominal- y aquellos que no se quieran vacunar deberán dejar constancia de ello por escrito. Si después la persona en cuestión cambiase de opinión, el sistema sanitario lo vacunaría con posterioridad.
Carmen Durán se muestra "optimista", con todas las cautelas, y espera que más pronto que tarde termine "esta pesadilla" y que la vida vuelva a ser "lo más normal posible".
