A Javier Agostini, de origen cubano, Toyota lo acusa de estafa y le reclama un millón de euros

Un empresario pide justicia crucificándose en Ponteareas

Javier Agostini, ante los juzgados de Ponteareas. (Foto: R.T.)
Ayer por la mañana, el empresario cubano Javier Agostini decidió 'crucificarse' a la puerta de los Juzgados de Ponteareas. Durante un buen rato y bajo la lluvia, aguantó colgado por los brazos en una cruz de madera en la que se podía leer en sendos lienzos situados a ambos lados 'Justicia-Mentira'.
Fue otro acto de protesta protagonizado por Javier Agostini Fernández, que se suma a los anteriores; el del disfráz de payaso con reparto de panfletos explicando su caso o cuando decidió colgarse e incluso 'pegarse' a ls puertas del Juzgado para evitar ser desalojado, hecho que le acarreó una denuncia por desacato a la autoridad. 'He pasado de ser un empresario novedoso a estar aquí, colgado de un palo', declaraba ayer después de 'crucificarse'. 'Soy víctima de una pandilla de mafiosos que han decidido quedarse con mi empresa', insistía Agostini.

El propietario de Newtec Reciclyng, firma domiciliada en Mondariz y con base en Ponteareas, lleva dos años luchando 'para conseguir que se haga justicia'. Sobre sí pesa la acusación de un presunto delito de estafa continuada, tras la denuncia interpuesta por la firma japonesa Toyota Tsusho Europe, Ttsa, de la que era proveedor de un producto conocido como 'polvo catalítico', que contiene metales preciosos obtenidos del reciclado de carburadores de vehículos. En el último envío se detectó en destino que los bidones que llegaron a Tokyo contenían arena bajo una capa superficial de polvo catalítico. Agostini está convencido de que le dieron 'el cambiazo', porque los contenedores antes de viajar a Japón fueron inspeccionados por peritos de la empresa nipona. Esto le da pie para pensar que la carga debió ser manipulada entre la llegada de la mercancía al puerto de Tokyo y su posterior traslado a la Toyota, viaje que duró más de 16 horas en lugar de los 90 minutos habituales, 'pero el juez me dio por culpable sín más investigación, me embargó todos los bienes y a la empresa de destino ni le pidió garantías', dijo para concluir.

Toyota le reclama a Javier Agostini, un millón de euros por un presunto delito de estafa. El propietario de Newtec Reciclyng, asegura ser víctima de un complot que le llevó a la ruina, a partir de que se negó a vender su empresa al gigante japonés que también pretendió comprarle la patente.

Hoy, tras dos años de lucha para demostrar su inocencia, no puede salir de Galicia, debe firmar todos los días en el Juzgado y está arruinado tras perder una empresa que facturaba al año más de 5 millones de euros.

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