El parricida, que fue condenado a 23 años de reclusión en un psiquiátrico, dijo que no se sentía culpable

El hombre que mató a su padre en Pontevedra tenía preparado otro plan para matar a sus progenitores si fallaba

Juan Galbán Rodiño abandona el juzgado. (Foto: Gonzalo García/Diario de Pontevedra)
El parricida de la parroquia pontevedresa de Alba, Juan Galbán Rodiño, tenía la firme intención de matar a sus padres como demuestra el hecho de que contaba con un plan B, según desveló hoy el fiscal-jefe de la Audiencia Provincial de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, tras el juicio que concluyó con la condena de 23 años de reclusión en un psiquiátrico por el asesinato consumado de su progenitor, la tentativa de asesinato de su madre y lesiones a una vecina.
Tras aclarar que el acusado reconoció en todo momento que iba a por sus padres, el fiscal añadió que 'incluso había preparado un plan alternativo para el caso de que fracasara el primero'.

Juan Galbán Rodiño reconoció que el 20 de octubre de 2008 golpeó hasta la muerte a su padre, con una barra de hierro que le destrozó la cabeza y, posteriormente, intentó hacer lo mismo a su madre pero la mujer había logrado salir de la casa familiar a pedir ayuda.

Cuando el acusado la localizó hablando con una vecina y quiso atropellarla, fue ésta la que resultó erróneamente arrollada por el vehículo que acabó chocando contra el cierre de una finca, tras lo cual huyó. Poco después se entregó a la Guardia Civil y confesó el crimen, aunque hoy aclaró en el juicio que no tiene sentimiento alguno de culpa.

'NO ME CONSIDERO CULPABLE'


'Reconozco los hechos y acepto la petición de condena pero no me considera culpable', manifestó en respuesta a las preguntas del magistrado José Juan Barreiro Prado, presidente de la Sección Segunda que sentenció el caso conforme la petición del fiscal y las acusaciones particulares.

Aladro explicó que aunque el padre del acusado tuvo inicialmente la posibilidad de defenderse, calificó los hechos como asesinato y no de homicidio, porque 'todo estaba muy tramado y organizado' y se apreciaba claramente la agravante de alevosía.

En cuanto al móvil que habría desencadenado este suceso, el fiscal sostuvo que pueden resumirse en su estado mental de 'esquizofrenia paranoide', una enfermedad de suficiente gravedad para que todos los forenses que informaron en este caso dijeran que no es responsable de sus actos, y aconsejaran su reclusión en un centro psiquiátrico.

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