Las lluvias y el buen tiempo retrasaron los siniestros

Las copiosas lluvias registradas durante el invierno y la primavera de 2010, unido a unas temperaturas moderadas al comienzo del verano explican que la concentración de incendios forestales se retrasara hasta finales de julio, que se produjeron por la llegada del viento de África conocido como 'continental sahariana', según explican expertos de los colegios de Ingenieros de Montes y Técnicos Forestales (CITF).
Así, Javier Manrique, miembro de la Junta Rectora del CITF, recalcó que no hubo temperaturas excesivamente altas en la primera parte del verano, 'salvo en algún caso aislado', pero advirtió de que el final de agosto y el mes septiembre será un periodo duro 'a no ser que llueva'.

Por su parte, el director técnico del Colegio de Ingenieros de Montes, Jesús González Capitán, afirmó que al tener una primavera muy húmeda 'se he retrasado el secado de los montes'. 'No hemos tenido el viento procedente de África -'continental sahariana'-, salvo en la última semana de julio', añadió Manrique. Precisamente en este periodo el fuego arrasó el periodo en que el fuego arrasó un total de 2.502,32 hectáreas, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.

Por otro lado, ha afirmado que en España no se puede avanzar más en extinción y vigilancia, ya que es 'de lo mejor que hay en Europa', pero advierte de que año tras año 'se falla en prevención de incendios', un aspecto en el que 'no se está avanzando'.La prevención significa 'actuar en el monte de tal forma que no exista una continuidad entre el suelo y la copa de los árboles para que no se produzcan los siniestros'.

Según González Capitán, la vegetación tenía bastante humedad, pero se ha ido gastando, y 'ahora se están produciendo incendios con mayor virulencia y se propagan mejor'.

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