SUSTRACCIÓN DE MENORES

La madre que retuvo a sus hijos menores dijo que lo hizo para protegerlos

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photo_camera Los miembros de una familia que ocultó durante más de un año y medio a sus dos hijos menores, durante el juicio celebrado hoy, 1 de febrero, en el Juzgado de lo Penal de Lugo.

El fiscal pide para ellos penas que suman 38 años de cárcel: cinco para la madre, tres para la abogada y seis para cada uno de los tíos de los menores y sus abuelos.

La mujer que hoy se sentó en el banquillo del Juzgado de lo Penal de Lugo para responder por un supuesto delito de sustracción de menores, acusada de retener y ocultar durante más de año y medio a sus dos hijos menores, cuya custodia había recaído en el padre y exmarido por sentencia judicial firme, aseguró en la vista oral que no pensaba que estuviese cometiendo "ningún delito" y que lo hizo para "protegerlos".

Además de la progenitora de ambos menores -que hoy son jóvenes de 16 y 21 años-, se sentaron también en el banquillo de los acusados su abogada, tres tíos de los niños y sus abuelos, porque supuestamente todos colaboraron para ocultarlos del padre entre septiembre de 2009 y mayo de 2011.

El fiscal pide para ellos penas que suman 38 años de cárcel: cinco para la madre, tres para la abogada y seis para cada uno de los tíos de los menores y sus abuelos.

La acusación particular, que representa al padre, ha pedido para cada uno de los acusados nueve años de cárcel por los delitos de sustracción de menores y abandono de familia.

En la vista oral, que comenzó esta mañana, la madre de los niños se acogió a su derecho a no responder a las preguntas de la acusación particular y del ministerio fiscal, de modo que sólo contestó a las cuestiones que le planteó su propio abogado defensor.

Según su versión, los niños "tenían miedo de su padre" y ella, a su vez, tenía "miedo que les hiciese algo", porque se quejaban de que "les pegaba" e incluso llegaban a casa "con la ropa sucia".

La acusada aseguró que incluso hizo fotos para tener pruebas de lo sucia que venía la ropa que traían los niños cuando iban a casa de su padre y la presentó en "servicios sociales", pero nadie hizo nada.

También presentó una denuncia por abusos sexuales, que "quedó archivada por falta de pruebas", por lo que se quejó de que "ningún juez", ni los "servicios sociales" quisieron ayudarla para salvaguardar el bienestar de los menores.

A "los niños se los veía con miedo", añadió, "yo estaba protegiendo a mis hijos" y "no pensaba que estuviese cometiendo ningún delito".

Por su parte, el abogado de la acusación particular, Gabriel Sánchez, recordó la angustia del padre de los dos niños, que durante "casi dos años" no tuvo ninguna noticia de sus hijos, no sabía de su paradero, ni siquiera si estaban con vida, mientras que la "cooperación" de la familia de la madre con la autoridades fue "nula".

El origen de los hechos se remonta a julio de 2007, cuando un Juzgado de Gijón dictó sentencia de divorcio y le otorgó la custodia de los niños a la madre, aunque con un régimen de visitas y estancias con el padre.

En septiembre de 2009, el padre presentó un escrito en los Juzgados de Gijón para que se requiriese "a la madre de los menores" que hiciese entrega "de los mismos" a su exmarido "para poder disfrutar de la compañía de los niños", por lo que la progenitora y su abogada fueron citadas para presentarse en sede judicial, pero ninguna de ellas compareció.

Por ello, el Juzgado acordó que ambos menores pasasen a "convivir con su padre" y suspendió "todo tipo de comunicación y estancia de los mismos con su madre", una resolución que se vio ratificada después de que la progenitora no acudiese a la vista sobre la modificación de las medidas acordadas en la sentencia de divorcio, que se celebró el 10 de junio de 2010.

La sentencia fue confirmada por la Audiencia Provincial de Asturias, pero según el ministerio fiscal, la madre, "con la finalidad de evitar el cumplimiento de dichas resoluciones" y "a sabiendas de su deber de entregar a los menores a su padre", se "ocultó" con ellos, "sin dar a conocer el paradero de los mismos" y no dando "señales de vida".

Finalmente, fueron encontrados por la Policía Judicial el 3 de mayo de 2011, en una vivienda de la localidad de Ribadeo.

Según el ministerio público, los niños estuvieron "desde septiembre de 2009 a mayo de 2011", metidos "en un domicilio sin salir apenas de casa" y "saliendo únicamente por la noche", sin estar "escolarizados" y "sin control médico alguno".

Durante ese tiempo, precisa el fiscal, "los otros acusados le proporcionaban a la madre los alimentos y el dinero en metálico que necesitaba para permanecer oculta con los niños", además de ocuparse del alquiler del piso y otras "gestiones".

De esa manera, añade, la mujer "no tenía que salir de casa, donde permanecía con los menores".

Para el fiscal, la madre "no presentaba" en el momento de los hechos "capacidad volitiva plena para tomar decisiones relacionadas con el bienestar de sus hijos", a causa de un "fenómeno de fabulación", pero también aclara que ello no "afectaba a su capacidad" para comprender "la ilicitud de sus actos".

El fiscal considera a la madre autora de dos delitos de sustracción de menores, cooperadores necesarios sus familiares y cómplice a la abogada que la representó.

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