El presunto asesino de la ourensana en Vigo: un electricista solitario y maniático

Pablo P., de 63 años, estaba de baja desde hacía un tiempo por hipertensión, está separado y es padre de dos hijos

Electricista desde hace más de 30 años, Pablo P., de 63, detenido el domingo como presunto autor de la muerte a cuchilladas de su vecina, estaba a punto de prejubilarse. Llevaba tiempo de baja por una hipertensión que le impedía desempeñar su trabajo, para y por el que vivía, según sus conocidos. Su arresto sorprendió en el entorno. Le describen como un hombre solitario, algo maniático, y una auténtica “enciclopedia”  en bandas de música y trasatlánticos. “Le encantaban los cruceros y lo sabía todo, dimensiones, año de construcción… Siempre que podía se acercaba al puerto para verlos”, explicaban fuentes de su círculo próximo.

Natural de Beade (Vigo) y padre de dos hijos, se trasladó a Tomiño cuando se casó  y allí permaneció hasta su separación hace años, cuando alquiló un piso en la calle Zamora. Era una persona algo “especial, todo tenía que ser como él decía” relatan pero “jamás como para  hacer algo así”. Al contrario de lo que describen los vecinos sobre su conflictividad con otros residentes por los ruidos o la música, este círculo próximo señala que era “tranquilo”. El punto de inflexión en su carácter, “parece que tenía problemas”, coincidió con la baja laboral.  Algunos achacan la falta de actividad después de “trabajar todo el día” a ese cambio, “le daba muchas vueltas a la cabeza” y pasaba hora en los bares y con su ordenador. Mientras algunos vecinos señalaban que “iba frecuentemente ebrio”, en los locales que solía frecuentar explicaban que “bebía pero no como para tener un problema con el alcohol”.

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