La asesinada a puñaladas en Vigo, nacida en Ourense, tenía miedo del criminal

Foto J. Santome
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El detenido dejaba notas y aporreaba la puerta de la víctima, María Jesús Cruz

La Policía Nacional continúa con la investigación para esclarecer los motivos que llevaron a Pablo P., de 63 años, a matar presuntamente a su vecina, la ourensana María Jesús Cruz, de 56, cuyo cuerpo fue encontrado con un cuchillo clavado en el tórax, en el suelo de su vivienda, entre el salón y la cocina, en la tarde del domingo.  Los hechos tuvieron lugar sobre las 21,05 horas en la segunda planta del número 70 de la calle Zamora.  Los vecinos escucharon un grito desgarrador: “¡Socorro, socorro!”  y acto seguido un golpe muy fuerte y un portazo. Al salir se encontraron con unas llaves puestas en la puerta de uno de los pisos y una zapatilla y “llamamos a la Policía”, explicaron. Cuando llegaron los agentes, se encontraron con la inquilina fallecida. “Aun tengo su imagen en mi cabeza”, lamentaba la vecina que dio aviso al 091, y unos minutos después, de la puerta próxima salía el detenido, con las manos llenas de sangre y “chupándose el dedo”. Ante los agentes dijo: “Está muerta” y confesó los hechos, fue arrestado.

María Jesús -cuyo funeral se celebrará esta tarde en Mugares (Toén)- vivía atemorizada por el detenido. “Una semana antes me había comentado que este señor le dejaba notas y que tenía miedo, le aconsejé que fuera a la Policía y que si le volvía a molestar que se viniera a mi casa”, explicaba otra residente casi puerta con puerta con la víctima. El presunto homicida le recriminaba el ruido que hacía en la cocina. “Ella tenía artrosis y a veces le costaba sostener las cosas, se le caían y por eso hacía tanto ruido. Nos lo explicó pero él parece que no lo entendía”.  Sin embargo, no había denuncias previas.

Le molestaba todo

En la misma planta, otros dos jóvenes coincidían: “Le molestaba todo, yo tuve un enfrentamiento con él por la música, se quejaba y eran las seis de la tarde, le dejé claro que podría ponerla y nunca más”, relataba uno de ellos.  Tal y como señalaban, al principio el detenido y María Jesús se hablaban normal, pero después comenzaron los problemas y él hasta aporreaba su puerta, “ella ya no le abría por eso le dejaba notas”.

Iván es otro de los vecinos que estaba presente cuando se llamó a la Policía, “él estaba aparentemente tranquilo. Le pusieron las esposas y se lo llevaron”. Este grupo de residentes era el más cercano a la fallecida, que llevaba un año aproximadamente residiendo en el segundo piso, donde se había trasladado desde el bajo del mismo edificio.  Todos ellos prestaron ayer declaración en las dependencias de la Comisaría de López Mora.  Pablo P. fue trasladado a Comisaría donde pasó la noche en calabozos y donde se le tomó declaración y hoy está previsto que pase a disposición judicial. 

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