El relevo del Defensor del Pueblo, que debería producirse en junio, se está complicando porque hasta ahora no hay ninguna figura que concite consenso entre los dos grandes grupos parlamentarios del Congreso, PSOE y PP, cuyo concurso es imprescindible para aprobar el nombramiento.
El actual Defensor, Enrique Múgica, de 78 años, lleva diez en el cargo y se siente "con fuerza para seguir". Su candidatura es rechazada por los dos grandes partidos. Tampoco la de Francisco Vázquez es vista con simpatía, ni siquiera en el PSOE, por sus "conocidas posturas" en algunos temas: el nuevo defensor debe saber que "aquí las mujeres ya no van a la cárcel por abortar y que los homosexuales se pueden unir en matrimonio", y Vázquez "no termina de comprenderlo", dicen.
